Elidio Pozo Pozo
Por Lisandra Borges Pérez*
El 9 de abril de 1958 jóvenes y trabajadores, en su mayoría humildes, salieron a las calles de Cuba con el objetivo de paralizar el país y derrocar la dictadura del tirano Fulgencio Batista.
Ese día, hace exactamente 66 años, se desarrollaron acciones armadas en varias ciudades y el mayor despliegue se realizó en Sagua La Grande, hoy municipio de Villa Clara, donde perdió la vida Marcelo Salado.
Aunque de menor envergadura, en esta provincia del centro de la Isla, se desencadenaron otras actividades revolucionarias como el ataque al cuartel de Quemado de Güines, la interrupción de la carretera Central en Manacas y los hechos ocurridos en el barrio El Condado de la ciudad de Santa Clara.
En este último acontecimiento participó el combatiente Elidio Pozo Pozo, quien en aquellos momentos estudiaba en el Instituto de Comercio de la cabecera provincial villaclareña.
“Desde antes de la huelga sabíamos que iba a ocurrir algo extraordinario. Por ejemplo, el 7 de abril empezamos a mudar para un lugar seguro los objetos de la tienda del padre del general Armando Choi Rodríguez y al otro día fui a Sagua a llevar propaganda. Ya el 9 nos quedamos en casa de los Pérez León en espera de la orden de combate”, rememoró.
A pesar de las muestras de heroísmo, la huelga fracasó por la falta de coordinación. Varios jóvenes murieron durante el combate y otros fueron víctimas de la brutal represión desatada por la tiranía batistiana.
“En el barrio del Condado cayeron Héctor Martínez Valladares, David Díaz Guadarrama y Antonio Aúcar Jiménez. Posteriormente, fueron asesinados los hermanos Favio y Eneldo Fuentes Moreira, Pedro Huergo Román, Juan Arcia Artiles y Eduardo García. A algunos de ellos los conocí personalmente”, confesó con pesar Elidio.
En la zona de Santo Domingo también ocurrieron acciones militares como la interrupción de la carretera Central en Manacas; hecho en el que estuvo Erisnaldo Hernández Álvarez siendo prácticamente un niño.
“Yo trabajaba en un taller aprendiendo mecánica y Francisco Torres, el jefe del establecimiento, me utilizaba de mandadero. El 9 de abril fui junto a él a casa del gallego León en busca de armas y nos llevamos un fusil. Después repartimos tachuelas por toda la carretera central hasta muy cerca del río de Casanova”, detalló.
A 66 años de este suceso, Elidio Pozo Pozo recuerda la osadía y patriotismo de sus protagonistas. “Siempre he creído en la juventud. Aquello fue algo extraordinario de las nuevas generaciones y el movimiento obrero. Aunque en aquel momento desconocíamos su trascendencia, pienso que siempre hay que volver a las enseñanzas de la huelga del 9 de abril”, concluyó.
*corresponsal de Radio Habana Cuba en Villa Clara
