Legado imperialista

Edited by María Candela
2024-06-01 11:12:00

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Imagen ilustrativa

Por Alfredo García Almeida*

Después de 8 meses de encarnizada guerra de Israel contra el movimiento palestino, Hamás, en la Franja de Gaza, donde hasta el momento han sido asesinados 35,800 palestinos y  80,200 heridos, según el Ministerio de Sanidad de Gaza; y la amenaza mortal sobre los 800,000 palestinos “refugiados” en Rafah, crecen las preocupaciones sobre las consecuencias económicas para Israel por el enorme gasto ocasionado por la guerra.

Según un artículo de Sputnik, del pasado jueves, el Banco Central de Israel prevé que la guerra en Gaza costará unos 250.000 millones de shekels (67.400 millones de dólares) hasta 2025, ya que el gasto en defensa como porcentaje del PIB pasará del 5,3% al 9%. En el cuarto trimestre de 2023, el PIB israelí se redujo más de un 20%, mientras que el consumo cayó un 27% y la inversión un 70%.

Lo más preocupante para Tel Aviv es la posible pérdida de flujos de inversión, especialmente en el sector tecnológico. “No podemos ni siquiera empezar a medir cuánta gente ha decidido no invertir en Israel a corto plazo, y mucho menos de forma permanente”, declaró a Bloomberg, Dan Ben-David, economista del Instituto Shoresh.

Sin embargo, mientras la economía del país se resiente, la preocupación por las consecuencias de la guerra no llega a los fabricantes de armas israelíes, quienes presumen de beneficios récord gracias a una nueva ayuda militar de Washington de 17.000 millones de dólares, más de cinco veces los 3.000 millones de dólares que Tel Aviv recibía anualmente de EEUU, desde principios de la década de 1980. Una parte de esos fondos, puede gastarse en armas de fabricación israelí, un privilegio exclusivo que goza Israel como parte del legado imperialista de su mentor trasatlántico.

“Las tres principales empresas israelíes de la defensa: Israel Aerospace Industries (IAI), Rafael Advanced Defense Systems y Elbit Systems, han tenido una creciente alza de las cotizaciones bursátiles y pedidos que crecen a un ritmo superior a su capacidad de producción”, afirma el medio ruso.

“IAI informó de un crecimiento del 7% en sus ventas hasta alcanzar los 5.300 millones de dólares en 2023, un aumento del 49% en su beneficio neto, con una producción que abarca desde drones, misiles, bombas, radares y artículos de guerra electrónica, hasta defensas basadas en el espacio. Su cartera de pedidos se ha disparado hasta los 18.000 millones de dólares”, asegura Sputnik.

“Rafael, fabricante de los misiles Tamir para la Cúpula de Hierro y de otros misiles de defensa antiaérea, antitanque y aviones no tripulados, registró un aumento récord del 21% en las ventas y de un 85% en el volumen de pedidos, con unos beneficios netos de 158 millones de dólares, un 17% más que en 2022, y una cartera de pedidos de más de 14.000 millones de dólares”.

“Elbit, fabricante de gran parte de las tripas de las armas israelíes, además de drones, equipos de comunicaciones, armas ligeras, municiones de racimo y vehículos blindados, vio cómo sus beneficios se disparaban un 8% en 2023, con unos ingresos de casi 6.000 millones de dólares y los resultados del primer trimestre de 2024, muestran unos ingresos de 1.600 millones de dólares y una cartera de pedidos de 20.400 millones de dólares”, resume la página web rusa.

* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.  



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