Por Alfredo García Almeida*

Al llegar a la Convención Nacional Republicana, el pasado lunes 15 de julio,  el expresidente, Donald Trump, fue recibido por sus seguidores con una larga ovación entre consignas de, “lucha, lucha”, que el expresidente respondió con expresión de iluminado por “la gracia de Dios”, mientras exhibía su oreja vendada por el disparo del francotirador, que por una diferencia de milímetros estuvo a punto de arrebatarle la vida, cambiando su imagen de dureza contestataria por el de conciliador superhéroe.

Al mismo tiempo, el mundo político del presidente, Joe Biden, se derrumbaba. Según trascendió, los principales aliados de Biden le han pedido pública o privadamente, que se retire.

Las grandes donaciones han caído. La recaudación de fondos no está al nivel de las exigencias de una campaña que necesita un aumento tres meses antes de las elecciones presidenciales. Los miembros de su propio equipo de reelección, ya han declarado que no tiene ninguna posibilidad de victoria. 

El exmandatario fue nominado oficialmente como el candidato presidencial del Partido Republicano, luego de recibir la cantidad de votos suficientes de los delegados a la Convención Nacional Republicana. Minutos antes de la nominación, Trump anunció al poco conocido y exantitrump, senador por Ohio, J.D. Vance, como su compañero de fórmula a la Vicepresidencia de Estados Unidos. Nacido en Middleton, Ohio, Vance de 39 años, es un recién llegado a la política, que entró en el Senado en 2023, donde protagonizó un misterioso giro político, de legislador antitrump a leal seguidor.  

En la medida en que crece la posibilidad de un triunfo electoral de Trump, para los cubanos cobran vigencia los desafíos frente a su regreso a la Casa Blanca. “De ganar las presidenciales del 5 de Noviembre, el expresidente, Donald Trump, demandaría la libertad de los presos políticos como primer requisito de cualquier cambio en la política en torno a Cuba”, declaró el pasado martes, el colombiano, Jaime Florez, director de Comunicaciones en Español de la campaña del candidato republicano, según declaró durante una entrevista con la injerencista emisora, Martí Noticias. 

“Lo que hay contra (del régimen de) Cuba y las sanciones que existen, y el embargo que existe, dependen de (el régimen de) Cuba, no depende de Estados Unidos”, opinó Florez, durante una pausa de la Convención Nacional Republicana que se celebró en Milwaukee. Florez se refirió a las posibles demandas que haría Trump a La Habana, en un segundo mandato.

“Si (el Gobierno de) Cuba quiere resolver estos problemas, tiene que hacer las tres cosas básicas que hemos venido pidiendo desde hace mucho tiempo”, añadió el vocero para los latinos de la campaña electoral de Trump. “Estas serían: liberar inmediatamente y sin condiciones a todos los presos políticos; llamar a elecciones libres, con participación de distintos partidos políticos y observación internacional; y dejar de seguir exportando su revolución fallida a otros países, particularmente a naciones latinoamericanas. En la medida en que Cuba cumpla con esas tres condiciones, las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, van a volver a ser normales”, afirmó Flores.

* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.