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Por: Alfredo García Almeida*
El pasado domingo, el presidente electo, Donald Trump, realizó anuncios de “sorpresas” en su próximo mandato, como mago que saca conejos de un sombrero, durante un acto para jóvenes conservadores en Phoenix, Arizona, recordando sus leoninos métodos como empresario.
Al anunciar el nombramiento de su embajador en Dinamarca, Trump escribió: “Por motivos de Seguridad Nacional y Libertad en todo el Mundo, Estados Unidos considera que la propiedad y el control de Groenlandia, son una necesidad absoluta”. Seguidamente, Trump advirtió que Estados Unidos, podría retomar el control del Canal de Panamá, si su gobierno no hace algo para aliviar los crecientes costos para usar la vía fluvial. “Si no se siguen los principios, tanto morales como legales, de este gesto magnánimo, entonces exigiremos que el Canal de Panamá sea devuelto a Estados Unidos de América, en su totalidad, rápidamente y sin preguntas”, afirmó convencido de su justeza. También sugirió que Canadá se convierta en el Estado número 51 de Estados Unidos, si no puede soportar los aranceles que le impondrá y se burló del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, llamándolo “gobernador del Gran Estado de Canadá”.
Trump prometió “poner fin a la locura transgénero desde el primer día de su gobierno: Será política oficial que sólo haya dos géneros, masculino y femenino”; y que designará “a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras”. “Vamos a hacerlo inmediatamente”, aseguró. Seguidamente se comprometió a “poner fin” a los conflictos en Ucrania y Oriente Medio. “Pondré fin a la guerra en Ucrania. Detendré el caos en Oriente Medio y evitaré, lo prometo, la Tercera Guerra Mundial”, aseguró. Asimismo, reiteró que en cuanto asuma el poder lanzará “la mayor operación de deportación (de migrantes) en la historia de Estados Unidos”.
Sin embargo, en su impresionante acto de magia, los resultados fueron contrarios al propósito. Trump echó leña al fuego al debate en EEUU sobre políticas transgénero y a la soberanía mexicana, lo que fue rechazado por la presidenta, Claudia Sheinbaum. El primer ministro de Canadá, reaccionó a las burlas de Trump, relacionando su victoria electoral, con el retroceso de los derechos de las mujeres. El jefe de gobierno de Groenlandia, Múte Bourup Egede, declaró que los últimos llamados de Trump para el control estadounidense, “serían tan insignificantes como los hechos en su primer mandato”. “Groenlandia es nuestra. No estamos en venta y nunca estaremos en venta”, dijo Egede en un comunicado. Por su parte, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, respondió en un video que “cada metro cuadrado del canal pertenece a Panamá y así seguirá”.
“El 20 de enero, Estados Unidos, pasará para siempre la página de cuatro largos y horribles años de fracaso, incompetencia y decadencia nacional e inauguraremos una nueva era de paz, prosperidad y grandeza nacional”, dijo Trump, en referencia a su toma de posesión. “Puedo proclamar con orgullo, que la edad de oro de Estados Unidos ha llegado”, prometió Trump concluyendo su fantasmagoría.
*periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.