Una Constitución también, y sobre todo, para los jóvenes

Edited by Martha Ríos
2018-08-08 14:10:33

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Siete años tenía Raúl Alejandro cuando la última Reforma Constitucional en Cuba. Foto: María Elena Álvarez Ponce

Por María Elena Álvarez Ponce

A Raúl Alejandro Palmero Fernández le han dado por la vena del gusto. Diputado por el municipio habanero de Marianao y miembro del Consejo de Estado de la República de Cuba, el Presidente de la Federación Estudiantil Universitaria es el “benjamín” de la Comisión Parlamentaria para la Reforma Constitucional, y hacer parte de ese equipo y de su arduo bregar ha sido la mejor y más completa de las pasantías, una práctica profesional fuera de serie.

“Pichón de abogado” lo llamó no hace mucho, entre jocoso y admirado, José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido. Valga el elogio a este estudiante de  Derecho de la Universidad de La Habana, alumno ayudante nada menos que de Derecho Constitucional y que ha sabido empinarse para cumplir una encomienda en verdad nada fácil.

Afortunado y agradecido dice sentirse Palmero, y muy consciente de que algo semejante solo es posible en un país como Cuba Socialista, pues, ¿cuántos hay en este mundo como él diputados, partícipes en la toma de las más importantes decisiones de su país y, por si fuera poco, constituyentes con apenas 23 años de edad?

“En la Comisión me dicen bromeando que ya me gradué y hasta a la doctora Marta Moreno, decana de mi Facultad e integrante del equipo de asesores, le piden que olvide que me queda un año y me entregue el título. Pero, ya en serio, estas semanas de trabajo han sido una experiencia extraordinaria y una formidable escuela desde cualquier punto de vista, incluido, por supuesto, el profesional.

“Somos 33 y de todos he aprendido un mundo, en especial de Raúl. Ha sido un honor y un privilegio trabajar tantas jornadas junto a él. Es un hombre con vastos conocimientos y un elevado sentido de lo justo; que sabe escuchar y propiciar el más amplio debate en un clima de franqueza y absoluta igualdad.

Nada humano le es ajeno, siempre busca las mejores opciones y a todo le encuentra un lado práctico. Contar con un mentor de ese calibre es un regalo. Lo es, también, cada consejo suyo, y jamás olvidaré su receptividad y apoyo a mis propuestas”.

¿Y fueron muchas esas sugerencias?

No solo las mías, que represento al estudiantado universitario y a las nuevas generaciones en general. Cada miembro de la Comisión hizo sus propuestas, tantas, que el texto a partir del cual trabajamos para elaborar el Anteproyecto de Constitución presentado en julio a la Asamblea Nacional del Poder Popular, terminó transformado en casi 80 por ciento.

Las sesiones del Parlamento también fueron pródigas en intervenciones, e igual estamos seguros que sucederá durante la consulta popular. ¡Así de aportador es el debate, que por demás y como los tabloides, ya está en la calle!

Siete años tenía Raúl Alejandro cuando la última Reforma Constitucional en Cuba, en junio de 2002, de manera que de estos procesos no tiene vivencias personales. Sabe lo que ha estudiado, leído, visto y escuchado a los mayores. Y, como él, suman cientos de miles los adolescentes y jóvenes que están por estrenarse.

A esos que debutan y también a los que repiten, a todos, los invita a informarse. Falta nos hace a los cubanos ganar en cultura jurídica y lo que está en marcha mucho puede y debe ayudar a acercarnos, familiarizarnos y “conectar” con la norma jurídica suprema y más importante de la sociedad, la Ley de leyes, que tiene fuerza jurídica mayor y predetermina y condiciona el contenido de las demás.

“Sería imperdonable desaprovechar la posibilidad que a cada ciudadano brinda esta consulta popular, de ser parte de algo tan grande como la construcción colectiva de la Carta Magna, y de expresar con absoluta libertad sus opiniones, proponer  modificaciones e interesar aclaraciones, ninguna de las cuales caerá en saco roto o se perderá en el camino, y que sin distinción serán sometidas al análisis y ponderación de la Comisión.

“Hay que hacer tiempo y estudiar y analizar a conciencia este Proyecto, un texto que merece y precisa más de una lectura, y que tiene mucho -mejor sería decir todo- de interés y trascendencia para cualquier ciudadano y, con más razón, para nosotros, los jóvenes.

“Es una propuesta de Constitución moderna, avanzada, práctica, transformadora, vinculante. Ahí están los fundamentos y principios de esta nación soberana, independiente y socialista, sus esencias y raíces, cada conquista de la Revolución, nuestros derechos, deberes y garantías, la Cuba que tenemos y la que queremos, los cambios que en todos los ámbitos vienen sucediéndose en el país y que por lógica han de tener su reflejo en el orden constitucional.

“La Carta Magna es una norma pétrea, que puede regir la vida de un país 40, 50, 60 años e, incluso, las hay con más de un siglo, de modo que si bien se trata de la Constitución de todos y para todos los cubanos, lo será aún más de y para las nuevas generaciones.

“No sirve entonces que solo hagamos acto de presencia en la asamblea, tampoco que hablemos por hablar. Se impone un real protagonismo, la participación activa, consciente, responsable, propuestas bien pensadas, reflexiones que aporten al debate”.

Hablamos de protagonismo y Palmero nos adelanta que, como en tantas tareas y batallas desde el triunfo mismo de la Revolución y, más acá en el tiempo, como en las elecciones generales de 2017-2018 en la Antilla Mayor, el estudiantado universitario apoyará la realización de esta consulta popular.

“En esto de colaborar, hemos pensado en primer lugar, claro está, en los alumnos de Derecho -varios miles en toda Cuba-, y también en los de Relaciones Internacionales, Comunicación Social y otras especialidades de las Ciencias Sociales y Humanísticas, en los de Ingeniería… Mucho podemos hacer y estamos organizándolo todo para cumplir el doble propósito de involucrar al estudiantado y contribuir eficazmente a este ejercicio de democracia, común entre nosotros y que en el mundo constituye una rareza.

“Querías saber mis impresiones como constituyente, y han sido en verdad incontables e imborrables las vivencias, pero creo que lo mejor está por suceder, porque muy pronto veremos manifestarse al soberano y ya no serán 33 diputados y, ni siquiera, el Parlamento en pleno, sino todo un pueblo constituyente, y de sobra sabemos cuán sabio y extraordinario es el pueblo de Cuba.

“En cuanto a la arrancada de esta parte del proceso, no creo que sea la mejor fecha. El 13 de agosto es, sencillamente, la FECHA. Nadie como Fidel para inspirarnos y guiarnos en tan crucial paso. Escoger el día en que llegó a la vida este gigante nos compromete a no fallar, a lograr con todos y entre todos, una Constitución que haga por siempre perdurable el mayor de sus legados, que es la Revolución misma; que fortalezca nuestra unidad sobre la base del más amplio consenso y nos ayude a alcanzar todo lo que para nuestra Cuba querida y para cada uno de sus hijos soñamos”.

(Tomado de la ACN)

 



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