Mundo que se quiebra: Fidel fue el primer líder mundial que lo advirtió

Edited by Maria Calvo
2016-11-28 09:24:52

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por  Arnaldo Musa 

La información de Naciones Unidas de que al menos 663 millones de personas aún no tienen acceso al agua potable y 1 800 millones vivirán dentro de pocos años en zonas con escasez hídrica, recuerda que ya hace 42 años Fidel fue el primer líder mundial que lo advirtió, como consecuencia de un cambio climático que produce ese y otras consecuencias catastróficas, debido en  primer lugar a la depredación inherente al  sistema capitalista:


“…la humanidad del futuro tiene retos muy grandes en todos los terrenos. Una humanidad que se multiplica vertiginosamente… que ve con preocupación el agotamiento de algunos de sus recursos naturales,… que necesitará dominar la técnica y no sólo la técnica, sino incluso hasta los problemas que la técnica pueda crear, como son los problemas, por ejemplo, de la contaminación del ambiente. Y ese reto del futuro sólo podrán enfrentarlo las sociedades que estén realmente preparadas.”

Un nuevo análisis realizado por importantes científicos especialistas del clima halló que la temperatura media de la Tierra va camino a aumentar dos grados Celsius –o 3,6 grados Fahrenheit– a mediados del siglo, a menos que los gobiernos tomen medidas drásticas para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero.

Guerras provocadas por el Imperio también agravan la situación, al utilizar el agua como arma de guerra, como se puede apreciar en Sira, Iraq y Yemen, lo cual indica que el fin de los conflictos militares y la llegada de una paz sostenible se hacen necesarios para lograr la unidad de los pueblos en el enfrentamiento de tal situación.

El discurso de Fidel en Río de Janeiro de 1992, en la Cumbre de la Tierra y el mensaje a los participantes en la Conferencia, marcó un hito en el pensamiento medioambiental no sólo cubano, sino universal, al denunciar  las causas más profundas del problema: la necesidad de una mejor distribución de las riquezas y la aplicación de la tecnología para el desarrollo humano y no para el lujo y el despilfarro que promueven las sociedades consumistas.

Hasta hace poco tiempo, los cambios en el clima se asociaban solamente a forzamientos externos naturales. Sin embargo, hoy esta claro que, debido a los patrones de desarrollo utilizados, el hombre puede cambiar el clima terrestre, produciendo un reforzamiento del efecto invernadero.

Al ignorar esto último, no nos escandalicemos porque un presidente electo, Donald Trump -caracterizado por declaraciones ultrarreaccionarias-, amenace con retirar a Estados Unidos del más reciente acuerdo climático logrado en París, diciendo cavernícolamente que todo es “un cuento chino”, porque la principal nación culpable del deterioro del medioambiente apenas se mueve para cumplir el conjunto de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para poner fin a la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia, y hacer frente al cambio climático.

Empero los tímidos intentos estadounidenses en ese sentido –un poco más que nada-, el Secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, apeló a argumentos económicos y hasta a "la seguridad nacional de Estados Unidos", para que Trump se tome en serio el cambio climático y no rompa los acuerdos al respecto que su país ha firmado.

El abandono de la atención al ser humano hace que también la potabilidad del agua está en riesgo todos los días, debido a la falta de saneamiento, algo muy extendido en muchos países, especialmente en Asia meridional y África subsahariana, regiones explotadas históricamente por el colonialismo, donde está la mayoría de las  2 000 millones de personas que beben agua contaminada con materia fecal.

Se ha reconocido, pero no se lleva a la práctica, que el agua no debe privatizarse, y así se evita lo que está sucediendo cuando las empresas controlan su acceso: mal servicio, tarifas elevadas y calidad degradada.

NO SE RESUELVE CON MITO

Dice la leyenda cantada que Pecos Bill, un vaquero popular en todo Texas, se moría de hambre y de sed, y lo abrasaba el sol, cuando hizo un tajo en el desierto, y ese día el Río Bravo construyó. Pero es solo un mito, que no puede resolver que en nuestro planeta, a pesar de estar compuesto por dos terceras partes de agua y con amplias reservas subterráneas, se evite la muerte de millones de personas a causa de no poder acceder al fundamental líquido.

África, el continente con mayor número de problemas de todo tipo, posee enormes acuíferos capaces de mitigar la sed para siempre de toda su población, incluida la de las naciones más desérticas. Libia fue un ejemplo de nación que explotó debidamente sus reservas, siempre codiciadas y ahora en poder de quienes la destruyen.

A pesar de sus enormes riquezas naturales, la mayor parte del continente africano sobrevive en una perenne hambruna, agravada porque el 90% de su población depende de una agricultura muy golpeada por el cambio climático, que se une al inescrupuloso apoderamiento de extensas tierras cultivables por monopolios extranjeros que explotan el petróleo, piedras preciosas y diversos minerales necesarios para las sociedades de consumo.

En la reciente Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en Marruecos, el jefe de la delegación cubana, José Fidel Santana, reafirmó el compromiso y el consecuente cumplimiento de la Isla, lo cual ha sido reconocido por el organismo de la ONU, el cual puntualizó que “cuba es el único país del mundo con desarrollo sostenible”, pero que “no significa… que se un país perfecto, pero sí que cumple las condiciones”.

Por ello siguen teniendo plena vigencia las palabras del eterno Comandante en Jefe, cuando en su discurso pronunciado el 12 de junio de 1992 en Rio de Janeiro en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo expresó:

“Cuando las supuestas amenazas del comunismo han desaparecido y no quedan ya pretextos para guerras frías, carreras armamentistas y gastos militares, ¿qué es lo que impide dedicar de inmediato esos recursos a promover el desarrollo del Tercer Mundo y combatir la amenaza de destrucción ecológica del planeta?

“Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo”.

 

 

 

 

(CubaSí)



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