Por Guadalupe Yaujar Díaz
Cuba, poseedora de más de 10 mil cuevas y muchos espacios aún por explorar, tiene en la Gran Caverna de Santo Tomás (Monumento Nacional desde 1989), un maravilloso sistema cavernario refugio de maravillas de la Naturaleza en la Isla.
Ubicada en el borde de la pequeña aldea de El Moncada, a unos 17 km al oeste del Valle de Viñales, en la occidental provincia de Pinar del Río, la Gran Cueva (más de 46, 2 kilómetros de largo), está considerada entre las más grandes de Centro América, Las Antillas y América del Sur.
En la Cueva se destacan las columnas formadas por la unión de estalactitas y estalagmitas, originadas por la precipitación milenaria de los minerales contenidos en las aguas que se filtran desde la superficie.
Se trata de bellos y paradisíacos espacios escondidos como parte del privilegio de los suelos carcásicos cubanos, más 70% del territorio nacional, en el cual podrían encontrarse nuevos sistemas cavernarios, según consideran espeleólogos y especialistas.
La cueva atesora en su génesis histórica huellas de arte rupestre a través de un mural indio y que fueron utilizadas como viviendas y asentamientos principales de negros cimarrones fugados y que huían de las plantaciones de caña de azúcar, en la Sierra de Quemados, Los Órganos, en el territorio pinareño.
En 1954, catorce años después de la fundación de la Sociedad Espeleológica de Cuba, se iniciaron las investigaciones subterráneas en la Sierra del Quemado, que hasta entonces eran solamente conocidas por los campesinos de la región en algunas de sus bocas y galerías iniciales.
Desde el siglo pasado, los habitantes del Valle de Quemado visitaban la Cueva del Salón, así denominada porque en sus primeros compartimientos celebraban ocasionalmente sus romerías y bailes. De aquellas espeluncas los campesinos extraían guano de murciélago para fertilizar sus vegas de tabaco y utilizaban aguas de sus pocetas cuando llegaban sequías extraordinarias y el arroyo de Santo Tomás prácticamente agotaba su caudal.
Importante resulta también en su devenir cuando a mediados de 1959, tras el triunfo revolucionario, en la amplia entrada de la Cueva de Mesa, se constituyó una de las primeras cooperativas del período y posteriormente el 31 de agosto se creó en el mismo lugar la primera milicia campesina Los Malagones, para enfrentar a los bandidos alzados contra el Estado cubano.
Mil 984 marca otro momento relevante cuando. En esa fecha se creó en la Gran Caverna de Santo Tomás la Escuela Nacional de Espeleología, que contribuyó a la formación de casi 3 000 especialistas de todo el país. Y siguiendo los pasos de la anterior, en 1995 se formó la Escuela Internacional de Espeleología.