La Habana, 19 ago (RHC) El investigador cubano del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología, Eugenio Mojena, alertó sobre la presencia en la actual temporada de verano de las nubes de polvo generadas por las tormentas del desierto del Sahara.
Esas nubes se caracterizan por contener altas concentraciones de partículas PM 10 y PM 2,5, consideradas de muy alto riesgo para la aparición de dolencias respiratorias.
Además, acumulan una elevada carga de compuestos biológicos que incluyen hongos, virus, bacterias y ácaros.
El evento meteorológico que suele presentarse de mayo a agosto, con los picos entre junio y julio, se percibió sobre el archipiélago cubano este año en marzo.
Con mayor o menor intensidad, esas condiciones han prevalecido durante gran parte del verano, incluso en la primera decena de agosto, estimándose valores de concentración de polvo en la atmósfera sobre Cuba muy superiores a las cifras normales, apuntaron.
El especialista informó que en 2017 alrededor de las dos terceras partes de los compuestos nocivos contenidos en las “malignas” nubes en la zona del Caribe corresponden a partículas PM 10 y PM 2,5.
Aunque en menor medida, a la nación caribeña pueden llegar polvo del desierto de Namibia y de los existentes en Asia, en tanto que en los meses de invierno también arriban determinadas cantidades procedentes de los desiertos de América del Norte.
De acuerdo, al investigador, a partir de la sequía crónica presente en el Sahara desde la década del 70 del pasado siglo, el número de tormentas se ha incrementado en ese lugar notablemente.
En tal sentido, la cantidad de polvo expulsado a la atmósfera viene registrando asimismo un crecimiento alarmante, aseveró.
Para Mojena, los avances de la tecnología satelital permiten el monitoreo y estudio de la ocurrencia de las tormentas de polvo en el desierto, la formación y el posterior traslado, y finalmente su caracterización.(Fuente/Agencias de prensa)