Imagen ilustrativa
Por Yunielis Moliner*
El uso de las plantas proteicas es una práctica que se generaliza en la agricultura cubana como complemento alimentario en la ganadería y minimiza el impacto del bloque económico y financiero en el sector.
De acuerdo con los especialistas de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, ubicada a más de 100 kilómetros de La Habana, estas plantas incrementan el contenido proteico y mineral en la ración, aumentan el consumo de materia seca e influyen positivamente en la salud y productividad animal
Además, soportan mejor un manejo agrícola deficiente, evitan la erosión y la degradación de los suelos y mejoran su fertilidad al incrementar el contenido de materia orgánica, calcio, potasio, magnesio y disminuir el contenido de sales.
En Cuba se utilizan principalmente la Moringa oleífera Lam., Tithonia diversifolia Hemsl., y la Morus alba en la dieta del ganado cubano.
También de acuerdo con los investigadores de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey se estudia la posibilidad de producir Trichanthera gigantea H. y B. y Cratylia argéntea para incrementar la disponibilidad de arbustivas con fines alimentarios porque contribuyen a recuperar la macrofauna y microfauna, asociadas a los ecosistemas agrícolas y se pueden emplear para la fitorremediación de suelos contaminados con metales pesados.