La Habana, 9 ago (RHC) La cadencia inconfundible de las comparsas y el colorido de las carrozas animarán estas fiestas populares, las más antiguas de la ciudad, desde este viernes y durante dos fines de semana hasta el domingo 21 de este mes.
El Malecón, en el tramo comprendido desde la Piragua hasta la calle Marina, será, cada noche, el escenario principal.
Los festejos estarán dedicados, este año, a la proclamación de La Habana como una de las siete Ciudades Maravillas del Mundo Moderno y a los 55 años de la Comparsa de la Federación Estudiantil Universitaria, que siempre han animado el Carnaval de la capital cubana.
Desde las nueve de la noche, podrán apreciarse esos desfiles que contarán, entre otros atractivos, con comparsas tradicionales y contemporáneas, así como varios proyectos artísticos y conjuntos danzarios. Algunas carrozas acompañarán a las más populares comparsas con música en vivo y la participación de conocidas orquestas.
Desde las aceras norte y sur del Malecón, los asistentes podrán disfrutar de todos los espectáculos que también contarán con la participación de los típicos muñecones de carnaval, plenos de colorido y alegría.
Entre las comparsas participantes estarán El Alacrán, la primera agrupación de este tipo en nuestra historia constituida en 1908; Los Marqueses de Atarés y Los componedores de batea, entre otras de larga tradición. A ellas se sumarán comparsas contemporáneas como los Guaracheros de Regla, y La Giraldilla, y la de la Federación Estudiantil Universitaria, entre otras. En la última jornada de carnaval serán entregados premios en diferentes categorías, otorgados por un jurado especializado.
El carnaval habanero tiene su raíz más profunda hacia 1760, con el recorrido que ya hacían para entonces los cabildos, con sus dotaciones de esclavos, desde los barracones a las casas señoriales, y de ahí hasta los alrededores de la Plaza de Armas. Esta representación incluía danzas y cantos de los esclavos procedentes de varias regiones africanas, manifestaciones artísticas que a lo largo de la historia contribuyeron a nuestra riqueza cultural, nacida de la mezcla de varias raíces.
La tradición de estas festividades se hizo fuerte y extendida hacia mediados del siglo diecinueve, con los bailes de carnaval en distintos salones y teatros de la ciudad, caracterizados por el empleo de máscaras y disfraces. La celebración incluía paseos por las principales avenidas. Para 1902 quedó establecido el primer carnaval habanero, estructurado y organizado, más o menos como lo conocemos hoy.
En varias provincias de la Isla, los carnavales se desarrollan en diferentes épocas del año, pero muchos coinciden con los meses de julio y agosto. Entre ellos, sin dudas, el más famoso es el de la oriental ciudad de Santiago de Cuba, una tradición que parte desde el siglo diecisiete y declarado Patrimonio Cultural de la Nación.
En La Habana, la magia de la mayor fiesta popular perduró y se enriqueció con los años. Y este agosto, el carnaval, con su alegría contagiosa, vuelve a inundar el famoso malecón habanero durante dos fines de semana con sus comparsas y carrozas, tradición local grata al corazón de los pueblos.