La Habana, 19 sept (RHC)- La compañía Rosario Cárdenas cerró este domingo el festival Habanarte en el teatro Mella con una antología marcada por la influencia del célebre José Lezama Lima en el quehacer coreográfico de la directora de esa agrupación.

Si bien los fragmentos escogidos en esta última propuesta no tributan siempre a la obra del gran novelista cubano, en la creación de Rosario siempre se manifiestan claves que remiten de alguna manera a la poética lezamiana.

Justo cuando se celebra medio siglo de la publicación de la novela Paradiso, la coreógrafa despliega un abanico de imágenes sugerentes: seres oníricamente sexuados, cuerpos gráciles que anhelan el vuelo, criaturas grotescas y desconcertantes…

Ouroborus, El ascenso, Combinatoria en guaguancó, María Viván, Cuidadito Compay Gallo, Dador, Canción de cuna, Tributo a El Monte, Dédalo… son casi todas ejemplos de esa vocación transgresora de Rosario: forzar los límites de “lo hermoso”, de “lo natural” para descubrir iconografías legítimas y sorprendentes, asociaciones impensadas, lógicas ocultas.

Como es pretensión de las convocatorias de Habanarte, el espectáculo ha vinculado varias manifestaciones: desde el videodanza (Noctario, esa obra pionera de Raysa White), pasando por el aporte del maestro Carlos Repilado en los diseños de iluminación, hasta la teatralidad decidida de algunas escenas, que devienen al mismo tiempo auténticos sucesos plásticos.

(Texto y fotos: Yuris Nórido )