El investigador, ensayista y profesor cubano Juan Carlos Rodríguez Díaz, significó la perdurabilidad de mitos sobre uno de los combates más extraordinarios y sangrientos.

La Habana, 4 oct (RHC) Ceja del Negro aparece en la joya narrativa de Pablo de la Torriente Brau. El testimonio de un veterano de las huestes del Titán, participante en aquella memorable acción, supuso una hermosa pieza del canon de la cuentística cubana de todos los tiempos.

El investigador, ensayista y profesor cubano Juan Carlos Rodríguez Díaz, significó la perdurabilidad de mitos sobre uno de los combates más extraordinarios y sangrientos de la campaña del Lugarteniente General del Ejército Libertador Antonio Maceo Grajales en Pinar del Río.

El destacado investigador recordó que el héroe llegó aquel 4 de octubre de 1896 al escenario del cruento choque luego de la búsqueda de la expedición del puertorriqueño Juan Rius Rivera, donde llegó Panchito Gómez Toro, el hijo del Generalísimo, y tras las acciones de Loma China, de Montezuelo, de Tumbas de Estorino, y de La Manaja.

Presidente de la Filial de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC) en Pinar del Río, Juan Carlos Rodríguez Díaz, declaró que aún se recogen casquillos en las faldas de las lomas de Pizarra, en los puntos conocidos como El Guao, Loma de Corcho y Loma Blanca.

El autor del libro Guanahacabibes. Expediciones Mambisas, sostuvo que todavía se conserva un cráneo atravesado por un machetazo, hallado en las cercanías de la Trocha de Viñales.

Rodríguez Díaz apuntó una curiosidad: Ceja del Negro es uno de los puntos más al este del combate del 4 de octubre de 1896, un lugar - dijo - que no fue siquiera el centro de la acción, pero que capitalizó para siempre el nombre de uno de los actos del Mayor General Antonio Maceo Grajales que marca pautas en la historia de Cuba. (Fuente: Radio Rebelde)