Quito, 10 mar (PL) La inauguración en Ecuador de una exposición de desnudos del pintor Oswaldo Guayasamín puso en evidencia la vigencia del expresionismo del llamado Pintor de Iberoamérica, a 17 años de su fallecimiento.
Algunas de las piezas exhibidas en la propia casa-museo del artista como parte de la muestra titulada Guayasamín. Piel Adentro. Lo humano al desnudo, son prácticamente desconocidas, pero sus temas impactan por el realismo, pues el ecuatoriano bebía continuamente del ser humano común.
Los espectadores más académicos encontrarán deleite en una serie de bocetos y estudios de partes del cuerpo que realizó el creador en la juventud, cuando estudiaba en la Escuela de Bellas Artes de Quito.
Uno de los hijos del artista, Pablo Guayasamín, destacó la arista preponderante en la muestra: la denuncia de la injusticia de la explotación del hombre por el hombre.
Los desnudos del pintor no se regodean en la belleza pese a revelar una estética consecuente, pletórica de emociones y sentimientos, exponen a la mujer de senos caídos que cuida a un niño al cual -según Guayasamín hijo- se le pueden tocar las costillas como teclas de piano.
Esta es una exposición para recordar 17 años de ausencia física pero no intelectual, porque en estos momentos su legado sigue muy vivo, comentó.
Como uno de los custodios de la creación del padre conoce a profundidad la obra que, a su juicio, llama la atención sobre lo que deberíamos cambiar porque retrata el hambre, la miseria, la descomposición social, la enfermedad, el dolor.
Algunos cuadros transitan por la sensualidad y el erotismo que no fueron ajenos a un hombre enamorado de la vida y la naturaleza, sin embargo, el gran peso lo tiene el reflejo del ser humano dentro del ambiente social donde el artista transforma el cuerpo en crónica.
Guayasamín desnudó los cuerpos para que se sepa la realidad que han vivido los pueblos, aseguró el hijo.
Los hombres y mujeres inmersos en los cuadros distan mucho de los físicos forjados de los artistas de cine, exhiben sin pena caderas, barrigas, masas caídas, huesos visibles por desnutrición, rasgos indios, negros y mestizos comunes en los pueblos de América.
Familiares, amigos y admiradores del artista le rindieron tributo este jueves con la colocación de una ofrenda floral junto al "Árbol de la Vida", un pino plantado por el propio Guayasamín en el patio de su casa, donde reposan sus cenizas, junto a las de un entrañable amigo, el escritor Jorge Enrique Adoum.
El pintor cubano radicado en Ecuador Luis Alberto Ruiz Saavedra también se sumó al homenaje, y expuso una selección de sus pinturas inspiradas en la obra del Maestro, mientras que la cantante de origen holandés Vanessa Velthuis cerró la velada con un concierto titulado De España a América.