Estamos trabajando en base a eso. Pero hay aspectos muy complejos en torno a ese tema. Siempre he dicho que no se puede mezclar la política con el deporte, pero este caso es inexplicable, remarcó el directivo en diálogo con Prensa Latina.

Desde su regreso al torneo en 2014, Cuba acude a las series del Caribe en calidad de invitada, debido a las restricciones impuestas por el bloqueo de Washington contra La Habana hace más de medio siglo.

Puello, amigo de Cuba y de Prensa Latina, recalcó que 'el día que resolvamos este problema que no le atañe al deporte, Cuba entraría inmediatamente en la Confederación del Caribe'.

Solo lo impide el aspecto político. En el momento que Cuba organice una Serie del Caribe me voy a sentir realizado, es mi gran sueño, espero que sea pronto, pero repito, no depende de nosotros, reiteró.

En 1949, La Habana acogió la primera edición de estas lides regionales y posteriormente las organizó en 1953 y 1957, antes de salir del torneo en 1960, cuando se abolió el deporte profesional en la Isla.

De las primeras 12 ediciones entre el 49' y el 60', los clubes de la mayor isla de las Antillas ganaron siete, ratificándose como la gran potencia del área por aquel entonces.

Cuando regresaron en 2014 a las también conocidas como Pequeñas Series Mundiales Latinoamericanas, los equipos cubanos, de alguna manera -y pese a no tener grandes resultados-, le devolvieron la vida al certamen.

En 2015, bajo la égida de Alfonso Urquiola, ese mago de los banquillos, el club cubano Vegueros de Pinar del Río alzó el trofeo de campeón en la Serie de San Juan, siendo el octavo y y hasta ahora último cetro obtenido por Cuba en estas lides.