La Habana, 2Ene (JIT) La lucha deportiva cubana vivió una intensa y fructífera temporada 2019, como antesala de un 2020 en que puede registrar el mayor hito de la historia de ese deporte a nivel mundial.
Este deporte brilló en la elección de los mejores atletas de la campaña en Cuba, con varios de los premios principales y algunos reconocimientos y menciones.
El grequista Ismael Borrero, monarca panamericano en Lima y del mundo en Nur Sultán, Kazajistán, se erigió por vez primera como el mejor atleta individual del año, mientras que Mijaín López protagonizó el suceso deportivo del período, al agenciarse su quinto título seguido en juegos continentales.
Milaymis Marín Potrillé lideró la lista de los juveniles, como merecido reconocimiento a sus reinados universales a ese nivel y entre menores de 23 años. Gabriel Rosillo, triple monarca panamericano y también del orbe a nivel juvenil, cargó con el trofeo dedicado al mejor novato.
En términos generales, y gracias a su larga lista de méritos, la lucha superó al boxeo en la pugna por el calificativo de mejor deporte individual del país. Y eso es algo serio.
Nuestros gladiadores sacaron positivos resultados del Campeonato Panamericano en Buenos Aires, donde lo más importante era asegurar los boletos para la fiesta de Lima en el verano siguiente.
En la rama femenina reinó Yusneylis Guzmán (50 kg); Yudaris Sánchez (68 kg) acabó en plata y Lilianet Duanes en bronce. Los libristas, por su parte, se midieron a un potentísimo elenco estadounidense, capaz de llevarse todos los oros del evento.
Segundos lugares capturaron entonces Yowlys Bonne (61 kg), Cristian Solenzal (65 kg) y Reineris Salas (97 kg), en tanto en bronce quedaron Reineris Andreu (57 kg), Lázaro Hernández (86 kg) y Oscar Pino (125).
Los clásicos, como de costumbre, sacaron mejor cosecha. Luis Orta (60 kg), Borrero (67 kg), Yosvany Peña (77 kg) y Rosillo (97 kg) saborearon títulos. Antonio Durán (87 kg) solo cedió en la final y Ángel Ernesto Pacheco (130 kg) capturó el bronce.
En los Juegos de Lima, nuestros luchadores lograron un notable botín, aunque por debajo de lo esperado, sobre todo en términos dorados.
A lo más alto del podio escalaron los libristas Alejandro Valdés (65 kg) y Yurieski Torreblanca (86 kg), y los grecorromanos Borrero (67 kg), Rosillo (97 kg) y Mijaín (130 kg). Con plata regresaron a casa Yusneylis Guzmán (50 kg) y el librista de ocasión Oscar Pino (125 kg).
En terceros lugares finalizaron Lianna Montero (53 kg), Yudaris (68 kg) y Mabelkis Capote (76 kg) entre las damas; Andreu (57 kg), Garzón (74 kg) y Salas (97 kg), Orta (60 kg), Peña (77 kg) y Daniel Grégorich (87kg).
La huella cubana en América incluyó seis coronas y dos medallas de plata en la lid panamericana juvenil disputada en Guatemala. Allí reinaron los libristas Cristian Solenzal (65 kg) y Yonger Bastida (92 kg), los clásicos Damián Solenzal (67 kg) y Gabriel Rosillo (97 kg), y las chicas Laura Herin (53 kg) y Dayselis Rodríguez (62 kg). En plata quedaron Arturo Silot (LL, 86 kg) y Milaymis Marín (76 kg).
A nivel mundial, la temporada comenzó con varios premios en la Copa Takhti, disputada en Irán. Los grequistas Rosillo y Pino subieron a lo más alto del estrado, mientras su colega Javier Duménigo (60 kg) acabó en bronce.
El Mundial Absoluto clasificatorio olímpico, celebrado en Nur Sultán, capital de Kazajistán, deparó actuaciones brillantes y otras por debajo de lo esperado.
Otra vez el estilo grecorromano llevó la voz cantante, gracias al título de Borrero y la plata de Pino, que significaron dos pasajes a la cita estival de 2020.
El premio de Pino significó asegurar la estancia en Tokio del enorme Mijaín López, quien buscará su cuarta corona en línea, tras reinar en Beijing 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016. Nadie ha logrado antes tal hazaña.
Los restantes equipos no hicieron la cruz ni en el podio, ni en la lista de clasificados, lo cual dejó lógico pesar. Lo cierto es que la justa exhibió una calidad muy alta y los errores costaron muchísimo.
Los triunfos mundiales llegaron esta vez, además, en las categorías inferiores, con muestras de talento y efectividad admirables.
Entre menores de 23 años, los cuatro asistentes subieron al podio, con destaque para los dorados Milaymis Marín (72 kg) y Reineris Andreu (LL, 57 kg), este último por segunda ocasión en su carrera. El librista Yonger Bastida (92 kg) y el clásico Daniel Grégorich (87 kg) cerraron terceros.
A nivel juvenil, en la lid escenificada en Tallin, Estonia, disfrutamos de las coronaciones de Rosillo (97 kg) y Milaymis (76 kg), y de la plata de Bastida (97 kg).
Otras notas importantes de la temporada tuvieron que ver con las lides efectuadas en casa. Ahí deben destacarse los certámenes domésticos (individual y por equipos), los juegos escolares nacionales y juveniles, y la Gala de la Lucha, denominada desde esta edición como Pedro Val in Memóriam, en recordación del fallecido entrenador del estilo grecorromano.
Gran calidad exhibió también el tradicional Torneo Internacional Granma-Cerro Pelado, en el cual fueron reconocidas importantes personalidades de este deporte en la Isla.
En el ámbito de los clubes, ocho cubanos se desempeñaron en la liga profesional alemana con los elencos ASV Nendingen y el Germania Weingarten. Mijaín, Duménigo, Orta y Valdés han registrado loables desempeños y se adentran en la etapa final.
El 2019 deparó también la nominación al Salón de la Fama de la Unión Mundial de Luchas del árbitro cubano Orestes Molina, quien se desempeñó por años como juez internacional y ejecutivo de la extinta Fila.
Lamentablemente, y casi al cierre del período, falleció el padre de la lucha cubana Gustavo Rolle, víctima de una repentina enfermedad.
El 2020 ya “rueda” y la lucha quiere registrar otra campaña de ensueño. Lo primordial: ver coronado a Mijaín bajo los cinco aros, con lo cual se extenderán los premios dorados a ese nivel por 28 años, ininterrumpidamente desde Barcelona 1992.