Gundogan

La Habana, 20 jun (JIT).- Alemania se convirtió este miércoles en la primera selección en clasificar a octavos de final de la Eurocopa de Fútbol 2024, de la que es anfitriona.

La victoria 2-0 sobre Hungría les costó mucho más esfuerzo del esperado, pero eso no cambió el desenlace, sobre todo porque tienen cracks como Gündogan, capaces de echarse todo el equipo al hombro para sortear cualquier contingencia.

Los magiares ofrecieron más resistencia de la imaginada, luego de la demoledora demostración de los alemanes frente a Escocia, sobre todo porque entendieron que no hay demérito en aguardar detrás y aprovechar los espacios para contragolpear.

Las dificultades de los locales para romper la solidez defensiva del rival no se resolverían con mazo y cincel, sino con un pincel fino, ese que encontró Gündogan en el minuto 21 para dibujar un pase de gol al joven Jamal Musiala.

Saltó la polémica, pero el VAR se encargó de confirmar la ventaja al no encontrar fuera de juego en la jugada. El mismo videoarbitraje anuló antes del descanso la diana de Sallai que hubiera significado el empate, por posición antirreglamentaria.

El hecho demostró que los húngaros tenían armas para hacer daño y apuró la maquinaria teutona, que no encontró tranquilidad hasta el 66' con el centro de Mittelstadt que mandó a guardar el mismo Gündogan, santo y seña de los ganadores.

La Mannschaft llegó a seis puntos y, a falta de una ronda, aseguró como mínimo el segundo lugar del grupo A, aunque en los planes está no ceder el liderazgo.

Más tarde las selecciones Escocia y Suiza no pasaron de un empate que les dejaba posibilidades de avanzar desde la misma llave, teniendo en cuenta que la primera cierra el tramo clasificatorio ante Hungría –quedó sin muchas opciones–, y los helvéticos, en poder de cuatro puntos, pudieran sobrevivir aunque pierdan con Alemania.

Así de calculado fue también el partido también. Incluso, pareció que se devolvían favores, porque Schar desvío hacia el fondo de su arco un remate de Scott McTominay al minuto 13', y Anthony Ralston regaló una pelota a Shaqiri para que estampara el empate al 26'.

Si la segunda parte no resultó un espectáculo soporífero se debió a escasas escaramuzas en la trama, como remate al palo de Hanley y un gol anulado a Embolo por fuera de lugar. 

A primera hora Croacia se estrelló contra una Albania atrevida, que ya había marcado en el estreno ante Italia el gol más rápido en la historia de las eurocopas, y volvió a anotar primero, ahora al minuto 9, por intermedio de Qazim Laci.

Los Rojinegros merecieron irse con mayor ventaja al descanso, pero no consiguieron concretar las oportunidades creadas ante la puerta croata, y el denuedo no les garantizó por sí solo el premio.

Sufrió el Vatreni hasta el minuto 73, momento en que Kramaric aprovechó la asistencia de Ante Budimir, para empatar. El del Osasuna llevaba cinco minutos en cancha cuando resolvió el pase al del Hoffenheim.

Apenas pasaron otros dos minutos para que el mismo Budimir se internara por la banda y consiguiera un pase de la muerte a Pasalic, que Klaus Gjasula metió en propia puerta.

Cayó entonces un cubo de agua fría sobre los albanos, pero se sacudieron y no dejaron de creer nunca, a pesar de ver desmoronada una ventaja que debió ser más amplia.

No bajaron las manos y el mismo Gjasula encontró la vía para eximir el autogol con un balón suelto dentro del área croata que mandó al fondo de las redes en el cuarto minuto agregado. Así devolvió al marcador un empate que no sirve de mucho a los suyos, ni a los contrarios.