Por: Maritza Gutiérrez

La Habana, 22 ene (RHC) Desarrollar las industrias cubanas productoras de envases y embalajes y priorizar la producción de envases demandados por las actividades exportadoras, forma parte esencial de la política industrial de nuestro país, bien definida en los lineamientos de la política económica y social aprobados hasta el 2021.

Por otra parte, durante las sistemáticas reuniones de chequeo de los programas de envases y embalajes y de desarrollo industrial del país, el presidente Miguel Díaz-Canel ha insistido en el vínculo indisoluble que debe existir entre las industrias, las universidades y los centros de investigación.

Es un hecho que Cuba tiene altos niveles de demanda de envases y embalajes. El país erogaba anualmente alrededor de 290 millones de dólares en la compra de envases, y es por ello que se trazó una estrategia de desarrollo para impulsar esa rama identificada en la cartera de inversiones con capital extranjero, actualizada y aprobada desde finales de 2016.

En este contexto, se priorizó una propuesta integral para potenciar el centro nacional dedicado a dichas producciones, así como el plan de inversiones con vistas a sustituir paulatinamente los envases destinados a renglones que vendemos en el exterior.

La magnitud de la tarea es significativa. Se identificaron 480 rubros exportables, que requerían 2 782 tipos de envases y embalajes. De ellos 1 642 hechos en Cuba y 1 140 importados.

En este sentido, y a tono con esa necesidad, en el último lustro hubo inversiones en la industria productora de dichos surtidos por más de 170 millones de pesos, sobre todo en las ramas del papel, del plástico y de la madera. La perspectiva hasta 2025 es destinar unos 280 millones de pesos.

Además, la puesta en marcha de la linea de envases de cartón ondulado en Compacto Caribe S.A es otro de los resultados alcanzado en 2019, que sustituye importaciones y ahorra al país más de 3 millones de dólares.

Por tanto, hoy se puede decir que la industria nacional avanza en la sustitución de importaciones por concepto de fabricación de envases y embalajes, según ratificó en la pasada sesión del parlamento el ministro cubano de industrias, Alfredo López. Y hay que reconocer el notable crecimiento en la reutilización de envases de vidrio, de plástico y metálicos.

A todo ello se suman importantes acciones de capacitación y adiestramiento para conocer las tendencias internacionales de los envases y embalajes, incluyendo intercambios de expertos extranjeros con estudiantes de la universidad técnica de La Habana y del Instituto de Diseño Industrial.

En fin, para lograr el avance en los programas de envases y embalajes, y de Desarrollo industrial del país, no existe otra alternativa que tener un pensamiento estratégico, trabajar con urgencia, disciplina y con los pies sobre la tierra. Es difícil y complejo, pero no imposible.