La Habana, 9 dic (RHC)- El periodista e intelectual español radicado en Francia, Ignacio Ramonet, denunció represiones contra su persona por su libro titulado Cien horas con Fidel, según suscribe hoy en el diario La Jornada.
En 2006, 'cuando publiqué en España mi libro Fidel Castro: biografía a dos voces, o Cien horas con Fidel (Editorial Debate, Barcelona)', inmediatamente fui atacado. Y comenzó la represión. Por ejemplo, el diario El País (Madrid), en el que hasta entonces yo escribía regularmente en sus páginas de opinión, me sancionó. Cesó de publicarme, afirma Ramonet.
Ese periódico español lo desapareció de sus páginas. 'Suprimido. Censurado', enfatizó.
'Lo mismo en La Voz de Galicia, diario en el que yo escribía también, desde hacía años, una columna semanal titulada Res Pública. A raíz de la edición de mi libro sobre Fidel Castro, y sin tampoco la mínima excusa, me reprimieron. Dejaron de publicar mis crónicas', añadió el periodista.
Las represalias también ocurrieron en Francia. 'En cuanto las editoriales Fayard y Galilée editaron mi libro Fidel Castro: Biographie à deux voix en 2007, la represión se abatió de inmediato contra mí'.
Para Ramonet se cerraron las puertas de los estudios de la radio pública France Cultura. También las de la Universidad París-VII donde por 35 años enseñó la teoría de la comunicación audiovisual.
En su artículo recuerda que la Sociedad de Redactores del grupo editorial Le Monde intentó hacerle una especie de juicio político.
Mi caso no es único. Conozco en Francia, en España, en otros países europeos, a muchos intelectuales y periodistas condenados al silencio, a la invisibilidad y a la marginalidad por no pensar como el coro feroz de los medios dominantes, por rechazar el dogmatismo anticastrista obligatorio, remarcó.
Durante decenios, el propio Noam Chomsky, en Estados Unidos, país de la caza de brujas, fue condenado al ostracismo por los grandes medios, que le prohibieron el acceso a las columnas de los diarios más influyentes y a las antenas de las principales emisoras de radio y televisión, concluyó Ramonet.
(PL)
