San Juan, 10 feb (RHC) El puertorriqueño Fernando Cabanillas, uno de los defensores de la campaña internacional por la liberación de Oscar López Rivera, denunció la crueldad de las autoridades federales estadounidenses con ese prisionero político.
Cabanillas sentenció que López Rivera enfrentó 12 años de privación sensorial en solitario y 23 años adicionales en Estados Unidos, durante los cuales no le permitieron asistir al entierro de su madre.
El prestigioso oncólogo también condenó que el independentista puertorriqueño deba vivir en arresto domiciliario por tres meses como transición hacia la vida fuera de la cárcel.
La última vez que Oscar López estuvo en Puerto Rico fue a principios de los años 70. Ayer cuando el avión que lo traía de regreso a su Isla se acercaba a nuestras costas, una sonrisa se dibujó en sus labios y sus ojos pequeños brillaban. Este fue parte del relato que compartió ayer su hija, Clarisa López.
“Mi papá es todo risas. Cuando lo fuimos a recoger a la prisión, ya nos estaba esperando. Había diez guardias penales y mi papá sale con la bandera de Puerto Rico. Me tiré de la guagua y lo abracé llorando. Así fue... entre risas, abrazos y mucho amor”, describió entre lágrimas Clarisa, quien aseguró que haría “todo lo que está a mi alcance para que mi papá tenga una reintegración a la sociedad y con mi familia”.
Sus palabras se dieron en medio de una conferencia de prensa en el coliseo Roberto Clemente, en Hato Rey, poco después de la llegada del exprisionero político al aeropuerto Luis Muñoz Marín. Allí le esperaba la prensa, donde hubo una cobertura atropellada por la falta de información.
Clarisa López pidió espacio para que su papá no viole las condiciones rigurosas que le han impuesto las autoridades carcelarias federales hasta el miércoles, 17 de mayo, a las 8:00 de la mañana, cuando se le conmuta la sentencia.
Oscar López Rivera fue detenido en 1981 y condenado a una pena de 55 años de cárcel por conspiración sediciosa, entre otros delitos, a los que se añadieron posteriormente otros 15 años en 1987 por un presunto intento de fuga.
“No puedo hablar, ni dar mensajes a nombre de mi papá. Lo tenemos en casa, no nos desesperemos. Mi viejo llegó”, sostuvo Clarisa acompañada por la alcaldesa de la Capital, Carmen Yulín Cruz, la abogada Jan Susler, José López Rivera, hermano menor de Oscar y la presidenta de la Asamblea Municipal de la Ciudad de Nueva York, Melissa Mark Viverito.
Todos fueron a buscar a Oscar a la prisión Terre Haute en Indiana y lo acompañaron ayer en su viaje de regreso a la Isla.