La Habana, 4 de abr (RHC). El atentado que dejó 14 muertos y decenas de heridos el lunes en el metro de San Petersburgo fue atribuido a un kamikaze de 22 años nacido en Kirguistán, que habría colocado otra bomba desactivada a tiempo en otra estación.
Según los servicios antiterroristas y la investigación, la explosión se produjo a las 14H40 locales (11H40 GMT) en un tren que circulaba entre las estaciones del Instituto Tecnológico y de Sennaya, en el centro de la
segunda ciudad más importante de Rusia.
“Hubo un ‘boom’ y humo”, contó el martes el conductor Alexandre Kaverine, de 50 años, que continuó su ruta hasta la estación siguiente, una decisión considerada como heroica por sus superiores.
Según el Comité de Investigación, esta acción permitió probablemente salvar numerosas vidas facilitando la evacuación y el trabajo de los equipos de rescate.
Las fotos y videos difundidos en las redes sociales muestran el metro detenido en la estación del Instituto Tecnológico con las puertas destrozadas y muchas personas que yacen en el suelo.
Poco después, en otra estación en pleno centro histórico, Ploshad Vosstaniya, un empleado del metro señaló la presencia de una bolsa abandonada, que contenía una bomba desactivada a tiempo.
La explosión dejó 14 muertos, según el último balance dado por la ministra de Salud, Veronika Skvortsova, que informó que 49 personas se encontraban hospitalizadas este martes.
Entre las víctimas se encuentran personas de varias regiones de Rusia, ciudadanos de Bielorrusia, de Kazajistán y de Uzbekistán, indicó la administración local de San Petersburgo.
Este martes aún no hubo ninguna reivindicación del atentado, pero el Comité, que abrió una investigación por acto terrorista, identificó al supuesto autor del atentado como Akbarjon Djalilov, de 22 años. Igualmente, este mismo kamikaze habría colocado la segunda bomba desactivada en la estación de Ploshad Vosstaniya, indicó la misma fuente, que se apoya en los restos de ADN y en las imágenes de las cámaras de vigilancia.
Los servicios secretos de Kirguistán, ex república soviética de Asia Central, ya habían identificado a Djalilov como el sospechoso. Nacido en la región kirguiza de Och, una zona que ha proporcionado un fuerte contingente de yihadistas a la organización Estado Islámico (EI), “probablemente” había adquirido la nacionalidad rusa, precisaron a la AFP.
Sin esperar a una posible reivindicación, la prensa rusa interpretó el atentado de San Petersburgo como un acto de represalias del grupo EI, ya que la organización terrorista llamó a atacar a Rusia después de su intervención en apoyo a las fuerzas de Bashar al Asad en Siria, lanzada a finales de
septiembre de 2015.
El 31 de octubre de 2015, un Airbus A321 con turistas rusos a bordo se estrelló en el Sinaí egipcio poco después de despegar de la estación balnearia de Sharm el Sheij, en dirección a San Petersburgo, matando a sus 224 ocupantes. El grupo EI reivindicó entonces el ataque.
El pasado noviembre, los servicios especiales del FSB detuvieron a diez personas en Moscú y San Petersburgo, sospechosas de preparar atentados en estas dos ciudades. La operación fue realizada en colaboración con las
fuerzas de seguridad de Tayikistán y Kirguistán, donde nació el sospechoso.
La amenaza es aún más fuerte ante las próximas elecciones presidenciales, en marzo de 2018, y el Mundial de Fútbol también organizado el año que viene en varias ciudades rusas, entre ellas San Petersburgo.
Después de este atentado, los servicios antiterroristas reforzaron las medidas de seguridad, especialmente en los transportes, y sobre todo en los aeropuertos y las estaciones.
En 2013, dos atentados suicidas en Volgogrado (sur) dejaron 34 muertos pocas semanas antes del inicio de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi (2014).