Bogotá, 4 oct (RHC) Movimientos solidarios con Cuba y varios congresistas, senadores e intelectuales estadounidenses se pronuncian en contra de las nuevas medidas tomadas por la Casa Blanca contra Cuba.
El Movimiento Colombiano de Solidaridad con Cuba rechazó la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de reducir el personal diplomático de nuestro país en Uashinton a partir de argumentos infundados que conducen a un retroceso de las relaciones bilaterales entre las dos naciones.
A través de un comunicado, el grupo solidario asegura que las acciones de Trump violan la Convención de Viena de 1961, pues no se ha comprobado la responsabilidad de Cuba en las supuestas enfermedades de personal de la embajada de Estados Unidos en La Habana por ataques no identificados.
En el texto, el Movimiento considera que el primer mandatario norteamericano está cumpliendo sus promesas, como lo anunció en junio último durante una reunión con la extrema derecha de Miami, las cuales se orientan a la terminación de las relaciones diplomáticas y consulares de Estados Unidos con Cuba.
La agrupación calificó de precipitada la actitud de Trump, cuando no se han aportados pruebas de la acusación de la Casa Blanca y el Secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, ha reiterado que no se han establecido las causas y autores de las supuestas enfermedades.
El Movimiento Colombiano recordó que la nación caribeña ha dado muestras de respeto, solidaridad y amistad con el pueblo de Estados Unidos y sus autoridades.
A su vez, exigieron la eliminación del bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de Washington contra Cuba, que cesen las maniobras de Trump y de quienes se aprovechan de su torpeza para acabar con las relaciones diplomáticas y consulares bilaterales.
El senador demócrata Ben Cardin (Maryland) expresó en un comunicado su preocupación ante la posibilidad de que este asunto pueda agudizar las tensiones diplomáticas y complicar la capacidad para llevar a cabo una investigación exhaustiva de tales hechos.
Para el legislador, Estados Unidos no debería tomar medidas que pudieran socavar las relaciones bilaterales con Cuba y las políticas estadounidenses encaminadas a promover intereses estratégicos nacionales en el hemisferio.
En ese sentido, llamó a la administración y al Departamento de Estado a consultar con el Congreso antes de tomar nuevas medidas, y afirmó que una reunión informativa prevista para esta mañana en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado debía proporcionar a los miembros una clara comprensión del asunto.
A su vez, el también senador demócrata Patrick Leahy (Vermont) manifestó que su nación tiene el derecho y el deber de proteger a los diplomáticos estadounidenses que sirven en el extranjero.
Sin embargo, sostuvo que antes de tomar represalias contra otro país expulsando a sus diplomáticos, 'deberíamos tener pruebas de que ellos, y no un tercer país o partido, dañaron a nuestros ciudadanos'.
'No sabemos quién está haciendo esto o por qué, pero estamos castigando a los cubanos por no impedirlo. Eso no ayudará a resolver el misterio de esta seria ofensa, y no hará que nuestros diplomáticos estén más seguros', consideró el legislador.
Leahy recordó que los vínculos entre ambas naciones están 'en las primeras etapas' en la mayoría de los asuntos, y reconoció que 'el gobierno cubano ha mostrado una voluntad de discutir preocupaciones que no se habían abordado antes'.
Para la congresista del partido azul Barbara Lee (California), el gobierno de Donald Trump utiliza el tema de los diplomáticos para avanzar en su objetivo de revertir el progreso histórico entre Estados Unidos y Cuba.
Sacar a los funcionarios cubanos no garantizará la seguridad de los estadounidenses, solamente nos llevará hacia atrás y pondrá en peligro la restauración de los lazos entre nuestros dos países, estimó la representante.
De acuerdo con Lee, aun cuando la administración se adhiera a las tácticas del pasado, los miembros del Congreso seguirán trabajando para perseguir la diplomacia, expandir el comercio y fortalecer los lazos entre ambos pueblos.
Las medidas adoptadas por Estados Unidos como respuesta a incidentes reportados por sus diplomáticos en Cuba causan alerta hoy entre quienes consideran erradas las acciones de Washington o advierten sobre su impacto en la normalización de relaciones.
El Departamento de Estado ordenó la expulsión de 15 funcionarios cubanos de la embajada de la isla en esta capital, solo cuatro días después de anunciar la retirada de más de la mitad del personal de su sede diplomática en Cuba.
Tales acciones responden a que miembros del servicio exterior norteamericano reportaron problemas de salud en La Habana, a los que Washington calificó de ataques, a pesar de desconocerse qué o cómo fueron causados esos síntomas, cuando las investigaciones al respecto siguen en curso.