Tokio, 20 oct  (AFP) - La gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, que acaba de sacudir la escena política japonesa creando un partido, esconde detrás de un perspicaz uso de la comunicación una autoridad de hierro para abrirse camino en un mundo de hombres.

Cuando el primer ministro, Shinzo Abe, pensaba que tenía delante una oposición debilitada y convocó elecciones legislativas anticipadas, Yuriko Koike creó contra todo pronóstico el Partido de la Esperanza, que ella misma encabeza.

A esta política curtida de 65 años le gusta compararse con el joven presidente francés, Emmanuel Macron, que también creó un movimiento político.

'El presidente Macron y yo buscamos nuevas perspectivas y los dos hemos recibido el apoyo de numerosas personas', afirmaba a principios de agosto, cuando acababa de ganar la mayoría en la asamblea de Tokio, con una coalición liderada por su nueva formación Tomin First (los ciudadanos de la capital primero).

Primera mujer al mando de la inmensa metrópolis y ciudad olímpica en 2020, primera mujer ministra de Defensa de Japón en 2007, Koike también podría convertirse un día en la primera mujer en convertirse en la primera ministra del archipiélago. Aunque esta posibilidad por ahora esta excluida al no presentarse el domingo para obtener un escaño parlamentario.

En el video de presentación de la nueva formación, Koike aparece vestida de color turquesa en medio de trajes oscuros, caminando hacia la luz del final de un túnel. Varios hombres vestidos de negro, símbolos del 'establishment', protestan a su paso. Otros acaban siguiéndola.

Estas imágenes son típicas de la forma en que se muestra esta expresentadora de televisión. Siendo ministra de Medioambiente, de 2003 a 2006, organizó un desfile de moda y ella misma subió a la pasarela para promover la campaña contra el cambio climático 'Cool Biz', en la que se pedía a los funcionarios que se sacaran la corbata y la chaqueta en lugar de poner más aire acondicionado.

Cuando llegó al ayuntamiento de Tokio hace poco más de un año, se sentó en una silla de ruedas para hablar de los problemas de los discapacitados en las calles de la ciudad, y prometió que utilizaría los Juegos Paralímpicos para adaptar sus calles.

Koike reconsideró asimismo el coste previsto para la organización de los JO en 2020. Las ciudades candidatas no pueden 'indefinidamente gastar cantidades considerables para los JO', decía en febrero en una entrevista acordada a la AFP.

Licenciada de la Universidad de El Cairo, esta mujer políglota y abierta al mundo, un caso atípico en la política japonesa, habla perfectamente árabe e inglés. En 1978, entrevistó al libio Muamar Gadafi y al jefe palestino Yaser Arafat para una cadena de televisión japonesa.

En su contra tiene que no tendrá tiempo para construir una oposición sólida frente a Abe, estiman los analistas, mientras que algunos críticos esperan de ella una mensaje político más claro.

¿Primera ministra?, 'ni hablar!', aseguró a la AFP en febrero, en el colosal edificio del gobierno de Tokio. 'Me concentro en las reformas del gobierno metropolitano', dijo en aquel momento.

Sin hijos, dice que lleva una 'vida normal' y que dedica su tiempo libre a la colada y a pasear a su mascota Yorkie, un yorkshire terrier.

Al renunciar a ser candidata a las legislativas, dejó a los electores de su partido sin un posible primer ministro, en un país donde el jefe de gobierno tiene que surgir del Parlamento. Por esta decisión, su popularidad pagó un alto precio.

Sus adversarios le reprochan un falta de política clara, aunque haya tomado posiciones bien distintas a las del primer ministro defendiendo la salida de la energía nuclear y pidiendo interrumpir un proyecto de subida del IVA. También la acusan de tener una actitud autoritaria dentro de su nuevo partido.