Moscú, 18 ene (RHC) El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, pidió en el Consejo de Seguridad de la ONU más esfuerzos para impedir que armas de destrucción masiva lleguen a las manos de grupos terroristas.

En la sede de la ONU en Nueva York, abogó Lavrov por la creación de un nuevo instrumento jurídicamente vinculante dirigido a combatir actos de violencia terrorista y violencia química, mientras Occidente simula no observar dificultades en ese asunto.

También el jefe de la diplomacia rusa destacó todo lo logrado con el acuerdo sobre el programa nuclear de Irán y exhortó a otros países a sumarse a ese plan de acción conjunta a fin de solucionar de forma pacífica esa cuestión y abordar las amenazas y riesgos que representan las armas de destrucción masiva en Oriente Medio.

El canciller ruso Serguei Lavrov consideró que las disposiciones del Tratado de Prohibición de Armas Nucleares están muy lejos de avanzar en la plena erradicación de esos dispositivos, por ello el gobierno de Moscú no lo ratifica.

Rusia advirtió hoy sobre los intentos de Kiev de evadir sus responsabilidades por los desmanes contra civiles en Donetsk y Lugansk, para culpar a terceras partes de esos hechos, al aprobar la llamada ley de reintegración de Donbass.

La legislación acusa a Rusia de un “acto criminal de agresión” contra Ucrania y de ocupar temporalmente parte de su territorio al dirigir el Donbass -afirma-, a través de administraciones de ocupación subordinadas a Moscú, indica un comunicado de la Cancillería.

En realidad, Kiev intenta evadir toda su responsabilidad por la destrucción y sufrimiento que causaron las acciones sin sentido de las autoridades ucranianas, para pasar esa culpa a Rusia, comenta el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Desde su aprobación en primera lectura, el pasado 6 de octubre, la referida legislación estuvo dirigida a resolver el problema de Donbass por la fuerza, señala el documento.

Así, se habla de transformar la llamada operación antiterrorista en una acción de guerra y de pasar su dirección a los militares, a quienes se subordinará el resto de las fuerzas de seguridad, destaca el comunicado oficial.

La ley prevé la creación de un estado mayor operativo unificado que podrá emplear las fuerzas armadas contra la población civil en todo el país y no solo en el sureste, donde se encuentran Donetsk y Lugansk, sin anunciar siquiera una situación de guerra, explica la nota.

El presidente ucraniano, Piotro Poroshenko, adquiere prerrogativas ilimitadas, cercanas a las de un régimen dictatorial, para aplastar cualquier oposición o descontento, por lo que solo se puede hablar de la preparación para la guerra, considera la Cancillería rusa.

Los resultados de la aplicación de la referida ley solo pueden ser un completo desconocimiento de los acuerdos de Minsk, que son los únicos principios, sin alternativa, de una salida negociada al conflicto ucraniano, subraya el comunicado.

Por el contrario, se hace todo lo posible por dividir aún más a Ucrania y alejar a la población que vive en el Donbass, considera el citado ministerio.

Kiev entierra los acuerdos de Minsk y todos los mecanismos para buscar una solución negociada en Donbass, incluido el Formato de Normandía (Rusia, Francia, Alemania y Ucrania), considera el texto.

La aprobación de la ley ocurre, casualmente, cuando en Estados Unidos se analiza la posibilidad de suministrar armas letales a Ucrania, señala el comentario del referido ministerio.