Damasco, 28 feb (RHC) El representante permanente de Siria ante la ONU, Bashár Al Jafari, denunció en la ONU la injerencia de las potencias occidentales en su país, donde mantienen una presencia militar y obstaculizan el proceso político.

Cuestionó Al Jaafari a Francia y Gran Bretaña por elogiar en el Consejo de Seguridad la postura de Estados Unidos de mantener fuerzas ocupantes en una parte del territorio sirio, cuando las resoluciones de ese organismo reafirman la soberanía y unidad de la nación árabe.
     
Aseguró en Naciones Unidas que el pueblo de Siria es el único y posee el derecho de decidir sobre su futuro y lo hará sin injerencia extranjera.
          
El representante permanente de Damasco ante el órgano mundial aseveró que SI se quiere propiciar un verdadero proceso político, se debe terminar con el terrorismo y poner fin a la presencia forastera.

Por su parte, el representante permanente de Rusia, Vassily Nebenzia, señaló que acabar con el caldo de cultivo del terrorismo en la zona de Idleb es uno de los principales retos ahora en Siria.

Según dijo al Consejo de Seguridad, aún está presente la amenaza terrorista del Estado Islámico (EI) en la nación levantiva y Moscú sigue comprometido en su apoyo a Damasco para acabar con el flagelo.

También destacó la necesidad de restablecer y reconstruir la confianza perdida en y sobre Siria, para lo cual urge el empeño y compromiso de la comunidad internacional.

En ese sentido, se refirió al papel que juegan los garantes del proceso de Astaná (Turquía, Irán y Rusia) para avanzar en una solución política en ese país árabe.

Además, señaló, los garantes estamos abiertos a cooperar con todas las partes interesadas.

Nebenzia reconció las medidas positivas impulsadas por muchos Estados de la ONU para normalizar las relaciones con el Gobierno de Damasco.

Rusia está dispuesta a seguir trabajando y cooperando para restablecer la paz en Siria, recalcó.

Pero ahora, dijo, urgen más medidas de fomento de la confianza y hace falta ayuda para reconstruir las infraestructura civil destrozada.

La lucha contra el terorismo no puede ser un pretexto para la destrucción de la población civil, advirtió el embajador ruso.

Hace ocho años estalló el conflicto en Siria, en buena medida como resultado del interés de Occidente y sus aliados regionales de imponer un cambio de régimen.

Aunque el Gobierno de Damasco ha retomado el control de muchas áreas que antes estaban en manos del EI, las zonas de sur de Idleb se consideran el último bastión organizado de los terroristas en Siria.

Desde allí se lanzan continuos ataques en violación de los acuerdos para una región de distensión acordada entre Rusia y Turquía y nunca respetada por los extremistas.