Washington, 4 jul (RHC) “Muchos de estos extranjeros ilegales están viviendo mucho mejor ahora que de donde ellos vienen y en condiciones más seguras”, afirmó el miércoles el presidente estadounidense, Donald Trump.
En una serie de polémicos tuits, Trump volvió a defender su política migratoria frente a la ola de reproches de diferentes políticos y activistas estadounidenses, así como de varias organizaciones pro derechos humanos, que condenan la precaria situación de los indocumentados bajo custodia en centros de detención situados en la frontera sureña de EE.UU.
“Si los migrantes ilegales no están satisfechos con las condiciones en los centros de detención que han sido construidos rápidamente. Dígales que no vengan. ¡Todos los problemas resueltos!”, indicó el magnate republicano en otro mensaje.
El manejo de la cuestión de los migrantes que entran de forma ilegal en Estados Unidos por la Administración Trump ha provocado un enorme repudio dentro y fuera de EE.UU. y ha tomado más fuerza después de que varios legisladores demócratas y activistas, que visitaron los centros de detención, describieran las condiciones de esos recintos como “una pesadilla”, caracterizada por el hacinamiento y el acceso insuficiente a alimentos, agua y productos para satisfacer otras necesidades básicas.
La congresista Alexandria Ocasio-Cortez, quien realizó el lunes junto a otros colegas demócratas una visita a los centros de detención de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) en el sur del estado sureño de Texas, denunció la precaria condición de los migrantes detenidos, especialmente de las mujeres.
"Los agentes mantienen a mujeres en celdas sin agua y les dicen que tomen agua del inodoro”, censuró la congresista por Nueva York, al tiempo que tachó la situación de “crueldad sistémica con una cultura deshumanizadora”.
La negativa de EE.UU. a recibir migrantes ha ido creciendo desde la campaña electoral del actual presidente del país norteamericano, en 2015, cuando en unos de sus mítines Trump prometió construir “un muro” en la frontera con México de unos 3200 kilómetros para evitar la entrada de personas sin papeles en regla.
Desde entonces, el inquilino de la Casa Blanca ha dispuesto diversas medidas antiinmigrantes. Entre ellas, militarizó la frontera con México y detuvo a miles de indocumentados y separó a padres de hijos que habían logrado entrar en suelo estadounidense.
(Hispantv)
