Ciudad Panamá, 16 jul (RHC) La ONU reportó que alrededor de 400 000 panameños padecen de hambre, mientras la obesidad creció en 22 coma cinco por ciento en el 2016.
Precisa el informe que la seguridad alimentaria en el país istmeño bajó a 10 por ciento en el 2018 y la desaceleración económica reducirá la carencia de alimentos.
El texto indica, además, que la tasa de hambruna en la nación istmeña está por encima del índice de sus países vecinos Costa Rica y Colombia, cuya prevalencia de subalimentación en las personas desde 2016 es de 4,8 por ciento.
Para la economista Maribel Gordón, estos promedios “esconden inequidades sociales y regionales”, ya que en los últimos años la niñez panameña sintió los efectos de la desnutrición, no solo en áreas rurales e indígenas, sino también en urbanas, como es el caso de la provincia de Colón.
Comentó que la canasta básica de alimentos, cuyos precios van en aumento, está constituida por hábitos de consumo y no de salud, en tanto la pérdida del poder de compra de los salarios genera una alimentación inadecuada, problemas estos que se reflejan en el estancamiento del 10 por ciento de la tasa del hambre en el país.
Ante esta realidad, urge cambiar la política económica y crear una que garantice seguridad y soberanía alimentaria, empleo decente, salario justo, control de precio de todos los bienes que integran la canasta básica de alimentos y eliminación de las distorsiones de la cadena de comercialización, expresó.
“Ello debe hacerles frente a las causas que generan, que siendo Panamá uno de los países que más crece en América Latina, haya panameños que mueran por desnutrición o padezcan hambre”, apuntó Gordón.
A juicio de Pedro Acosta, de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia, “el problema aquí no es el hambre, sino la salud, la prevención y la desnutrición”, porque aunque bajó el índice de hambre, la realidad es que aumentó “catastróficamente” la incidencia de enfermedades crónicas y no transmisibles como la diabetes, las cardiovasculares y las autoinmunes debido a la mala alimentación, subrayó.
La semana pasada, durante el primer gabinete social, el presidente de la República, Laurentino Cortizo, presentó el proyecto Colmena que busca erradicar la pobreza y el hambre en 100 comunidades del país, a partir del desarrollo sostenible de las familias.
Actualmente 150 corregimientos, de los 671 que posee la nación istmeña, enfrentan pobreza extrema, de los cuales más de la mitad se encuentran en la comarca Ngäbe Buglé.