Beijing, 20 jul (RHC) El gobierno chino exigió nuevamente a Estados Unidos dejar interferir en sus asuntos internos, esta vez utilizando como pretextos los temas religiosos, y dijo que esa práctica daña los nexos bilaterales.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Geng Shuang rechazó las recientes declaraciones del vicepresidente estadounidense, Mike Pence, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, sobre la política religiosa y la libertad de creencias en el gigante asiático.
De acuerdo con el vocero, las afirmaciones de los dos altos representantes norteamericanos en una conferencia sobre ese asunto celebrada en Washington son infundadas, desvían los hechos y van en contra del sentido común.
'El pueblo de China goza de plena libertad religiosa de conformidad con la ley y el gobierno protege y respeta las creencias de sus ciudadanos y otros derechos relacionados con este particular', aseguró Geng.
Las palabras de Pence y Pompeo sobre los habitantes de la región autónoma uygur de la provincia de Xinjiang son falsas y buscan confundir al público, señaló.
El portavoz defendió los programas educativos desarrollados en esa zona -con fuerte presencia de musulmanes- para instruir en el dominio del idioma, conocimiento legal y técnicas profesionales a individuos instigados, vinculados, coaccionados y atraídos por actividades terroristas y extremistas.
Beijing no permite a nadie participar en actividades ilegales y criminales usando los temas religiosos y se opone resueltamente a que algún país o fuerza interfieran en sus asuntos internos, dijo el vocero.
'Exigimos a Estados Unidos que respete los hechos, deseche los prejuicios, valore correctamente la política religiosa de China y deje de intervenir en los asuntos internos, sentenció.
Recientemente, 37 países mostraron su apoyo a la nación asiática y destacaron los esfuerzos que hace para proteger los derechos humanos en la región autónoma Uygur de Xinjiang, ante las persistentes críticas de Occidente.
Mediante una carta enviada al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Arabia Saudita, Rusia, Venezuela, Cuba, Belarús, Myanmar, República Popular Democrática de Corea, Filipinas, Siria, Pakistán, Omán, Kuwait y varios estados de África, destacaron los avances de China en la lucha contra el terrorismo, el extremismo y el separatismo en esa región.
La segunda potencia mundial rechaza y califica como un acto de injerencia las declaraciones de las potencias occidentales sobre Xinjiang. (Fuente:PL)