Quito, 2 abr (RHC) La pandemia del coronavirus golpea fuertemente a Ecuador, pero principalmente a la ciudad de Guayaquil, ubicada en la provincia de Guayas, en la región Costa del país sudamericano.
Según las cifras del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias del Ecuador (SNGRE), en el país, hasta este 2 de abril, se han registrado 3.163 contagiados por coronavirus y 120 muertos; aunque, desde este miércoles, en los comunicados aparece un nuevo dato: "fallecidos probables por covid-19", que hasta la fecha son 78.
De esa cifra oficial, 2243 contagiados se encuentran en Guayas y 1520 específicamente en Guayaquil. El número exacto de muertos para esta entidad y esta urbe no se especifica en los boletines oficiales.
Este jueves, el presidente del país, Lenín Moreno, que en las últimas semanas solo se ha visto a través de las redes sociales, en un mensaje a los ecuatorianos, en cadena nacional, pidió que se transparenten los registros oficiales de contagiados y muertos por coronavirus, puesto que "se quedan cortos".
"He dispuesto que se transparente la información por dolorosa que esta sea. Hay que decir la verdad. Sabemos que tanto el número de contagios, como de fallecimientos los registros oficiales se quedan cortos. La realidad siempre supera el número de pruebas y la velocidad con la que se presta la atención", manifestó el mandatario.
Además, lanzó una alerta que ya expertos habían anunciado: "Creemos que serán entre 2500 a 3500 fallecidos por covid-19 en estos meses" solo en Guayas, mencionó el mandatario.
Un día antes, el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, en una intervención pública dijo: "nadie en este país está ocultando las cifras".
Muertos que esperan sepultura
Moreno expresa su pedido luego que se diera a conocer, principalmente en medios internacionales, gracias a las denuncias ciudadanas, la grave situación que atraviesa Guayaquil. En esta urbe, el tema de la pandema se ha agravado por la repentina aparición de cadáveres en distintos sitios, como aceras, calles, portones y cercanías de hospitales.
Esto se ha generado, según denuncian pobladores y familiares, por los decesos que se han registrado en las viviendas y la lenta respuesta de las autoridades para retirar a los cadáveres.
La psiquiatra Julieta Sagnay se infectó con COVID-19 mientras atendía pacientes. Estuvo al borde de la terapia intensiva y el periplo para conseguir un tratamiento le permitió ser testigo del impacto del coronavirus en el sistema de salud de Ecuador. "Lo que vi fue desastroso", contó a Sputnik.
"Guayaquil necesita ayuda humanitaria. Están podridos los cadáveres en las casas. Tengo un paciente muerto hace cinco días en la casa y nadie lo ha ido a retirar, contaminando a todo el mundo", advirtió a Sputnik la médica ecuatoriana Julieta Sagnay, una de los tantos profesionales de salud que experimentan en carne propia la peor cara del COVID-19.
Sagnay es psiquiatra y continuó atendiendo pacientes una vez que el coronavirus comenzó a circular en Guayaquil, la segunda ciudad más grande de Ecuador, en la costa. A pesar de usar una mascarilla, un día comenzó a sentir síntomas compatibles con la enfermedad. "Empecé a tener fiebre, una cefalea intensa, dolor ocular y en las articulaciones", recordó.
La primera decisión de la médica fue aislarse para evitar contagiar a familiares y pacientes. Internamente "minimizó" la enfermedad, un error que según ella cometió gran parte de la población ecuatoriana. "Tenía la esperanza de que fuera dengue y si era COVID-19 decía 'bueno, pasará como cualquier resfrío'".
Sagnay no tenía presente el potencial de la enfermedad para "complicarse" luego de la primera semana con síntomas, pudiendo transformarse en una neumonía. "Empecé a presentar falta de aire y disnea (dificultad en la respiración)", rememoró. Colegas médicos le sugirieron entonces realizarse una tomografía, dando inicio a un raíd en el que la psiquiatra se encontraría cara a cara con el caos que vive el sistema sanitario ecuatoriano.
La médica decidió recurrir a una tomografía particular "porque en ese momento acudir a un hospital era un riesgo" y porque su resultado demoraría más tiempo. Además, en ese momento se percató de que en los hospitales "los médicos no estaban protegidos, solo tenían batas quirúrgicas y los de emergencia no tenían viseras". En esa oportunidad también notó que "en el triage, en la sala de espera, había niños, adultos y ancianos todos mezclados".
El resultado de la tomografía indicó que Sagnay debía ser hospitalizada. Al no tener recursos para pagar una internación privada, debía recurrir nuevamente a un hospital público en Guayaquil. Al volver al hospital, a fines de marzo, volvió a encontrarse con un panorama desolador.
Fuente: Rusia Today y Sputnik