Buenos Aires, 21 may (RHC) El Grupo de Puebla, alianza progresista encabezada por destacadas personalidades de 13 países, enviará una propuesta económica al G20 para evitar una recesión global prolongada por la pandemia que hoy sacude al mundo.
Según una nota de ese colectivo, encabezado por el presidente argentino, Alberto Fernández y otros nueve exprimeros mandatarios, entre otros, la iniciativa apunta a la moratoria temporal consensuada de la deuda externa como medida efectiva para enfrentar la crisis por la Covid-19.
Ese brazo político y social, que también integra el expresidente del Gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero, trabajó mancomunadamente para concluir un documento con una serie de propuestas tendientes a evitar una recesión global prolongada o incluso una depresión de impredecibles proporciones, destaca Prensa Latina.
Tras la reciente cumbre virtual del viernes pasado, la quinta que realizan en tiempos de Covid-19, los integrantes del Grupo, enviarán la propuesta que elaboraron en conjunto por el expresidente colombiano Ernesto Samper y la exministra de Trabajo de ese país, Clara López.
En el proyecto se propone que 'el Fondo Monetario Internacional, respaldado por el Tesoro norteamericano y la Unión Europea, en coordinación con la banca privada y multilateral, estructure una moratoria temporal de la deuda pública y privada de países de ingreso medio y emergentes como Colombia, México, Chile, Argentina e India y de naciones desarrolladas como España, Italia y Grecia.
'Para los países de mayor vulnerabilidad, lo que se requiere y parece existir el consenso para hacerlo, es la condonación de la deuda externa como lo solicitado el Papa Francisco', expresa el documento.
Al fundamenta la propuesta, la alianza subraya que la moratoria 'generaría una serie de beneficios en cascada', evitaría una crisis generalizada y desordenada de la deuda soberana que puede conjurarse si se establecen cuotas de gracia de capital e intereses por un periodo prudencial a todo país que lo solicite, con la excepción hecha de las grandes economías que no lo requieren'.
Por otro lado, 'no tendría porqué excluir a los beneficiarios del mercado de capitales que en la práctica ya está cerrado para el grueso de los países, al no responder a razones de manejo económico sino a un estado de necesidad o fuerza mayor reconocido por todos', señalan sus miembros.
Explican que como los países dedican alrededor del 20 por ciento de sus presupuestos al servicio de la deuda externa, un promedio de entre cuatro y cinco puntos del PIB, esos recursos quedarían disponibles para destinar a las exigencias de la salud pública y a conjurar los graves efectos sociales y económicos de la pandemia.
(Prensa Latina)