Presidente de Bolivia lamenta muerte de Maradona/pl
La Paz, 25 nov (PL).- El presidente de Bolivia, Luis Arce, lamentó hoy la muerte del astro argentino y mundial Diego Armando Maradona, tras sufrir un paro cardiorrespiratorio, a los 60 años de edad.
"Lamentamos profundamente el sensible fallecimiento del gran 10 del fútbol y hermano latinoamericano Diego Armando Maradona. El mundo llora su irreparable pérdida. Nuestras condolencias a sus seres queridos y toda la familia futbolera", escribió Arce en Twitter.
Los bolivianos sienten un cariño especial por Maradona, quien defendió al país como sede de partidos oficiales a pesar de la altura, considerada un factor en contra para atletas de otras latitudes.
También lo unió una gran y pública amistad con el expresidente Evo Morales, quien sintió profundamente la muerte del notable deportista.
"Con un dolor en el alma me he enterado de la muerte de mi hermano del alma, Diego Armando Maradona. Una persona que sentía y luchaba por los humildes, el mejor jugador de fútbol del mundo", compartió Morales también en Twitter.
El deceso del Pibe de Oro, como también se conoció a Maradona, causó consternación entre los amantes del fútbol en todo el mundo, también entre quienes lo admiraron por su postura a favor de los más desfavorecidos y las causas progresistas en el mundo.
Presidente de Bolivia lamenta muerte de Maradona/efe
En Argentina, su país, Maradona es idolatrado por ser el artífice de la victoria en el mundial de la disciplina efectuado en México, en 1986, donde la selección albiceleste se impuso tres goles a dos sobre el equipo de la entonces Alemania Federal.
El presidente argentino, Alberto Fernández, decretó tres días de duelo nacional a partir de hoy para recordar al atleta que llevó siempre el número 10 en su camiseta.
Una nota de la Casa Rosada (sede del Ejecutivo) aclara que desde este miércoles y hasta el viernes las banderas estarán a media asta en honor a uno de los más grandes deportistas de Argentina y América Latina, cuya muerte enlutó a miles de personas que lo lloran desconsoladamente.
