Imagen ilustrativa tomada de La Estrella de Panamá.

Ciudad de Panamá, 5 may (RHC) Tres millones cuatro mil 83 panameños deciden este domingo el futuro político de la nación en el próximo quinquenio, una votación polarizada entre el cambio social anhelado o el clientelismo y modelos transitistas de gobiernos anteriores.

Los ciudadanos acudirán a tres mil 37 centros electorales donde están habilitadas siete mil 577 mesas de votación desde las 07:00 y hasta las 16:00 hora local para seleccionar a 887 funcionarios públicos (26 más que en 2019), en un complejo proceso democrático donde se gana por mayoría simple y no habrá segunda vuelta.

En estos sufragios eligen al nuevo presidente y vicepresidente del país, 20 diputados al Parlamento Centroamericano y 71 diputados a la Asamblea Nacional.

Escogerán además a 81 alcaldes, 701 representantes de corregimiento y 11 concejales, todos con sus respectivos suplentes para el período del 1 de julio de 2024 al 30 de junio de 2029.

Ya ejercieron ese derecho por internet, pero solo para el cargo de Presidente de la República, tres mil 596 panameños residentes en el exterior, el 95 por ciento de los habilitados, y 670 inscritos en el Registro de Electores para el Voto Adelantado (REVA), sobre todo servidores públicos que este domingo no podrán asistir de manera presencial a las urnas por motivos de trabajo.

Sobre la jornada, la excanciller argentina Susana Malcorra, ahora jefa de la Misión Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), instó a salir con convicción democrática y que la voluntad popular se vea reflejada en las urnas.

En medio de una frustración galopante por el desempeño de los partidos políticos tradicionales y la falta de credibilidad institucional, a la hora crucial llegan siete candidatos que aspiran a sustituir a una desgastada administración de Laurentino Cortizo.

Para varios analistas los nuevos gobernantes deberán enfrentar una economía debilitada que arrastra casi 50 mil millones de dólares de deuda pública, redactar una nueva Constitución, una quebrada Caja de Seguro Social, la crisis hídrica y el papel del Canal.

También informalidad en el mercado laboral, alto costo de la vida, creciente migración irregular, casos de corrupción pendientes en la justicia y las consecuencias del fin de la minería metálica, exigido por el pueblo en las calles en protestas que sacudieron al país en 2023, entre otros desafíos.

Disputan ocupar ese espacio en el Palacio de las Garzas (sede del Ejecutivo) el abanderado de las toldas Realizando Metas y Alianza, José Raúl Mulino, quien lidera por amplio margen las encuestas de intención de voto, pero cuya candidatura fue demandada y luego avalada en sesión maratónica por la Corte Suprema de Justicia.

Mulino, de 64 años y exministro de Seguridad en el Gobierno de Ricardo Martinelli(2009-2014), criticado por liderar represiones policiales a originarios, sustituyó en ese cargo de elección popular al exmandatario, condenado a más de 10 años de cárcel por blanqueo de capitales en el caso New Business y desde el 7 de febrero asilado en la embajada de Nicaragua en esta capital.

A juzgar por los sondeos, le siguen en las preferencias, en un llamado empate técnico, el también expresidente de la República Martin Torrijos (2004-2009) que corre por el Partido Popular; y otros dos que ya rivalizaron en los comicios de 2019: Ricardo Lombana, ahora por el Movimiento otro Camino; y Rómulo Roux, respaldado por Cambio Democrático y el partido Panameñista.

También participan en ese torneo, con menos posibilidades, el representante del actual gobernante Partido Revolucionario Democrático (PRD), José Gabriel Carrizo; y las únicas dos mujeres candidatas por libre postulación, la economista Maribel Gordón y la diputada Zulay Rodríguez.

Para varios analistas, el más reciente fallo del Supremo sobre Mulino incidirá en la intención de voto, sobre todo por el alto porcentaje actual de indecisos, lo cual refleja la complejidad incluso de tempranos y cautelosos pronósticos, escenario en el cual la participación de los jóvenes será decisiva.

En ese sentido, estudiosos como José Stoute han alertado que las posibilidades de una alternativa giran en torno a quiénes ven con preocupación la candidatura de Mulino y pueden dirigir su voto hacia el aspirante que aprecian con mayores posibilidades de ganar; mientras otros, dando por seguro su triunfo, dejarían de ir a votar.

Algunas personalidades han sido más enfáticas, como el popular cantautor Rubén Blades, quien aseveró que si el 5 de mayo el electorado escoge como su presidente y representante al testaferro de un declarado corrupto en una elección libre, entonces pónganle a nuestra República un letrero que diga: “Se vende, País Portátil y dejemos la pretensión de ser patriotas”.

En un ambiente signado por la incertidumbre, serán los electores que acudan a las urnas en los centros de votación los que definan el futuro político de Panamá para los próximos cinco años.