Quito, 10 mar (RHC) El teólogo e intelectual brasileño, Frei Betto, denunció en Quito, capital de Ecuador, los abusos cometidos contra el expresidente Luis Inacio Lula da Silva por el juez que investiga el escándalo de corrupción que sacude a la estatal petrolera Petrobras.
Este juez se dejó encantar por su propia autoridad, y ahora ha cometido abusos, y uno de los más graves fue mandar a buscar a Lula para que prestara declaraciones, como si fuera un bandido, aseguró el fraile dominico a Prensa Latina, tras recorrer la Casa-Museo del pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín en esta capital, refiere Prensa Latina.
De acuerdo con Betto, al magistrado Sergio Moro le hubiese bastado con mandar a alguien del Ministerio Público a casa del exprimer mandatario para interrogarlo, antes de conducirlo de forma coercitiva.
Un hombre que fue dos veces presidente de Brasil, y que ha sido el líder popular más importante del país, merece respeto, recalcó.
Betto, conocido mundialmente por ser un defensor de la Teología de la Liberación, de corte socialista, consideró, no obstante, que esa persecución judicial contra Lula también ayudó a fortalecer al Partido de los Trabajadores (PT).
El PT andaba con baja autoestima por todas esas acusaciones de corrupción, pero ahora se levantó, y se moviliza (en respaldo a su líder), apuntó el fraile dominico, quien dijo estar convencido de que los ataques contra el expresidente buscan evitar que sea candidato en las elecciones de 2018.
Lo peor que puede acontecer para las clases dominantes de Brasil es que Lula gane las elecciones de 2018, y están muy asustados, y van a tratar de sabotear de todas maneras esa posibilidad, agregó.
Interrogado sobre la restauración conservadora denunciada por el presidente de Ecuador, Rafael Correa, Betto concedió que existe una arremetida de la derecha continental, pero advirtió que ese avance tiene mucho que ver con los errores cometidos por los gobiernos progresistas latinoamericanos.
Según el religioso brasileño, una de esas fallas es no haber alfabetizado políticamente al pueblo.
No trataron de organizar a la gente desde la base, y si no se le politiza, la gente sigue en la concepción de ser consumista, y no de ser ciudadanos, acotó Betto.
En su opinión, es tiempo de que los gobiernos progresistas movilicen a sus pueblos, pero no con consignas, ni frases de efecto, sino con un trabajo político de base que garantice los avances de una conquista liberadora.