Desde su cuenta oficial en Twitter, el mandatario escribió: “Ridículo anuncio del Gobierno imperial. El pueblo cubano siempre derrotará la agresión del imperio”.

En esta jornada el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, informó que, de conformidad con la Proclamación Presidencial 5377, los 28 empleados del Gobierno y miembros de alto rango del PCC tienen prohibida la entrada al territorio estadounidense.

La decisión implica a funcionarios que trabajan en los sectores de medios de comunicación y las telecomunicaciones estatales, sin hacer públicos los nombres de los designados.

Washington precisó que esa disposición va dirigida a quienes, según la administración norteamericana, supuestamente permitieron o facilitaron detenciones violentas e injustas, juicios falsos y penas de prisión a los implicados en los disturbios del 11 de julio del año pasado.

Autoridades de la nación caribeña condenaron la nueva medida coercitiva y aseguraron que ello forma parte de la escalada agresiva impulsada desde la Casa Blanca.

El ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, señaló que “ante el fracaso en intento de provocar en Cuba una sublevación popular en 2021, el Gobierno norteamericano y su secretario de Estado buscan ahora desacreditar el triunfo popular frente a la agresión imperialista”.

El jefe de la diplomacia insistió en que las reiteradas medidas de Washington son actos violatorios del derecho internacional y la Carta de Naciones Unidas.

El vicecanciller Carlos Fernández de Cossío reafirmó que el país norteño vuelve con acciones ilegítimas contra Cuba, en una conducta crecientemente repudiada y que toma argumentos y prácticas de la mafia anticubana.

Según el medio digital Cubadebate, el Gobierno estadounidense pretende imponer sus designios frente a Cuba, por medio de medidas punitivas unilaterales para socavar el funcionamiento de las instituciones del país.

Buscan “atemorizar a funcionarios públicos y representantes de la ley, y procurar inmunidad en su vergonzoso actuar a los operadores políticos y transgresores de la ley, útiles a los propósitos imperiales de un golpe blando en Cuba”, agregó la publicación.

El 11 de julio de 2021 ocurrieron disturbios en varios puntos de la isla que atentaron contra el orden constitucional y la estabilidad del Estado; hubo delitos de desorden público, instigación a delinquir y también hechos de extrema violencia contra bienes, personas y autoridades.

Según el Gobierno de la isla caribeña, esas acciones fueron alentadas desde el exterior a partir de la aplicación de estrategias de la llamada guerra no convencional y resultado del reforzamiento de las medidas coercitivas de Estados Unidos contra la nación antillana en medio de la pandemia de Covid-19. (Fuente: Prensa Latina)