Comer frutos secos, especialmente nueces de árbol, puede reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular entre las personas con diabetes tipo dos, concluyó una reciente investigación publicada en la revista Circulation Research.
La diabetes tipo dos se asocia con un mayor riesgo de colesterol alto, enfermedades cardíacas, así como accidentes cerebrovasculares y constituye un problema generalizado de salud pública que supera los 30 millones de estadounidenses afectados.
Para desarrollar el estudio, los científicos de la Universidad de Harvard analizaron a más de 16 mil hombres y mujeres antes y después de ser diagnosticados con la enfermedad, a los cuales preguntaron sobre su consumo de frutos secos durante un período de varios años.
Los hallazgos proporcionan nueva evidencia que respalda la recomendación de que incluir frutos secos en patrones dietéticos saludables ayuda a prevenir complicaciones de patologías cardiovasculares y muertes prematuras entre personas con diabetes, asegura el autor principal del estudio, Gang Liu.
Incluso cuando las personas tenían el hábito de comer frutos secos antes de su diagnóstico de diabetes, agregar más cantidad a las dietas resultó ser beneficioso en cualquier edad o etapa, añade el experto estadounidense.
En comparación con las personas con diabetes tipo dos que comían menos de una porción de 28 gramos al mes, ingerir cinco raciones por semana tenía un 17 por ciento menos de riesgo de incidencia de enfermedad cardiovascular total.
La ingestión de estos alimentos también favoreció la reducción del padecimiento coronario en un 20 por ciento, así como la de muerte por enfermedad cardiovascular en un 34 por ciento y la de mortalidad por otras causas en un 31 por ciento.
Aunque no están claros los mecanismos biológicos exactos de las nueces en la salud del corazón, los investigadores informan que parecen mejorar el control del azúcar en la sangre, la presión arterial, el metabolismo de las grasas, además de la inflamación y la función de la pared de los vasos sanguíneos.