Ciego de Avila, una ciudad cubana en constante renovación

Eldonita de Maite González Martínez
2017-04-12 09:52:16

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Por Neysa Mesa (PL)

La Habana, 12 abr- Los portales corridos o corredores públicos que rodean las amplias y rectas calles, se hacen cómplices del ir y venir de los habitantes y de quienes visitan Ciego de Ávila, ubicada a unos 430 kilómetros al este de La Habana. De ahí su calificativo como la ciudad de los portales.

Es una de las ciudades más jóvenes de Cuba, cumplió recientemente 140 años de habérsele otorgado la categoría de municipio.

Ubicada en la región centro-oriental de la Isla, en la llanura calcárea de Júcaro a Morón, es una urbe moderna, aunque en su casco histórico, formado por unas 50 manzanas, aparecen edificios con rasgos coloniales.

Exactamente en su parte central predomina la arquitectura vernácula que se acopla a la libre interpretación del clasicismo del período ecléctico.

En sus edificios tradicionales aparecen ejemplos puntuales de otras influencias como la árabe, la andaluza, el barroco y el art-decó, que prevalecen en las columnas neoclásicas de variado diseño, rejas decoradas y techos de tejas criollas.

Hoy la ciudad exhibe un ambiente citadino renovado con un bulevar moderno construido a finales del 2008, en la céntrica calle Independencia, a lo largo de cuatro cuadras, convertidas en lugar de mucha atracción para la vida social avileña, es un espacio de confluencia del comercio y la recreación de gentes de todas las edades.

Un poco más alejada del centro se ubican la Alameda de la Locución, el Parque de la Ciudad y la Avenida de las Flores, fruto de un Proyecto de Reanimación Urbanística.

El florecimiento de la ciudad con un entorno moderno y armónico, protege tanto al medio ambiente como a las interacciones sociales.

ARQUITECTURA MÁS RELEVANTE

Enclavado en una céntrica esquina sobresale el teatro Principal, con un diseño en el que convergen los estilos renacentista, imperial y barroco, por lo cual lo consideran una joya del eclecticismo arquitectónico.

Fue construido en 1927 con la intervención del escultor italiano Giovanni de Marcos, su hijo Giacomo y el arquitecto cubano Francisco Rodríguez, y hoy constituye uno de los principales espacios culturales de la localidad.

Una de las edificaciones más antiguas de la comarca es El Cabildo, edificado en 1865 por iniciativa del señor Ramón Cortés Pimentel para uso particular de su familia.

Al ser nombrado capitán pedáneo ejerció sus funciones en una parte del inmueble, por lo que se convirtió en el primer Cabildo de la localidad hasta el año 1877.

Luego de una rehabilitación total en 1999, el inmueble, convertido hoy en una frecuentada cafetería, retomó sus códigos coloniales originales en la fachada.

Otro importante edificio es la Iglesia Católica, que exhibe una arquitectura ecléctica muy moderna, inaugurada en 1952, luego de cinco años de construcción. Está situada en el mismo punto donde surgió el curato de monte a finales del siglo XVIII.

En su parte superior presenta la enorme efigie de San Eugenio de la Palma, santo patrón de la ciudad, cuyo día se celebra el 15 de noviembre. En 1996 la iglesia fue convertida en Catedral.

Frente al templo religioso, el parque José Martí marca el centro de la ciudad y es uno de los lugares más frecuentado por los avileños por lo agradable del entorno.

Su inauguración data de 1877 como plaza Alfonso XII, con una glorieta en el medio donde la orquesta sinfónica municipal ofrecía conciertos los domingos.

En el siglo XX se le cambió el nombre por Parque José Martí y en el punto central fue colocdo un busto del insigne patriota cubano.

EL ORIGEN

El 25 de marzo de 1877 la villa de Ciego de Ávila recibió el título de municipio por orden del Rey de España, pues ya poseía la población y economía necesarias y una ubicación geográfica estratégica para la defensa de la región.

Según el periodista e historiador avileño José Antonio Quintana, está demostrado que en el siglo XVI, cuando la llegada de los españoles a la Isla, la zona estaba ocupada por aborígenes.

Durante el proceso de colonización fueron mercedados varios hatos y corrales, incluido el de Ciego de Ávila en 1577, célula primaria de la ciudad, refiere el investigador.

Por esa época la región carecía de viales y el tránsito del correo se hacía a caballo entre las villas de Sancti Spíritus y Puerto Príncipe (Camagüey), por lo que fue necesario hacer una parada intermedia.

A partir de entonces la aldea se desarrolló poco a poco, y al finalizar la Guerra Independentista de los Diez Años, en 1878 adquirió un mayor auge, favorecida por ser centro de la Comandancia General de La Trocha de Júcaro a Morón, fortificación militar creada por España para impedir el avance de las fuerzas insurrectas hacia el occidente de Cuba.

Además, la construcción de la línea del ferrocarril y de la Carretera Central en el sglo XX, beneficiaron el auge económico y social del municipio de Ciego de Avila, principal núcleo urbano de la provincia homónima.

En unos 20 años las fértiles tierras comenzaron a dar frutos, se ejecutaron confortables casas, edificios, una iglesia nueva, escuelas, fondas y otras instalaciones para brindar servicios a la comunidad.

La ciudad se consolidó en el siglo XX con importantes edificaciones de la arquitectura ecléctica: amplios portales, rejas bien decoradas y una variada tipología de columnas y arcos que la distinguen del resto de las urbes cubanas.

Hoy Ciego de Avila ofrece un ambiente citadino renovado, un espacio para compartir con el visitante la cultura e historia de los habitantes de esta parte de la geografía de Cuba.



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