La gente acude al Rincón, el santuario ubicado en las afueras de La Habana, donde es costumbre llegar desde cualquier lugar del país e incluso, del extranjero con sus plegarias, súplicas, promesas, deseos.
Una práctica ya enraizada en la cultura popular que trasciende creencias y religiones. La Caridad del Cobre, San Lázaro, San Judas Tadeo y otros santos son venerados en este lugar, en un paisaje campestre.
De rodillas, descalzos, con flores amarillas y moradas, y velas de iguales colores. Así se les ve a muchos; en tanto otros rezan frente a las imágenes y escuchan atentos las palabras del sacerdote.
Cada víspera del 17 de diciembre — fecha que según el calendario católico corresponde a San Lázaro— cientos de personas en largas caminatas llegan a la iglesia, sean devotos o no.
Más otros tantos, durante el año, asisten a uno de los sitios más paradigmáticos de la geografía cubana, al igual que la iglesia del Cobre, en Santiago de Cuba.
(CubaSí)