El Jardín Diana de Gales en La Habana: un espacio abierto a visitantes

Eldonita de Nuria Barbosa León
2018-01-10 19:19:04

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Por: Guadalupe Yaujar Díaz

La Habana Vieja, área del Casco Histórico de la ciudad capital, deviene sitios de encanto, vegetación y descanso.

Poblada de muchos espacios abiertos, en donde abundan las antiguas plazas o plazoletas de la época colonial, brinda un escenario que atrapa a quienes hacen lo hacen suyos con su tránsito.

El parque llamado El Jardín Diana de Gales en La Habana, que rinde tributo a su memoria, es uno de los pocos espacios públicos dedicados a ella en el mundo.

La inauguración del parque que lleva su nombre, iniciativa de la Oficina del Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, se hacía realidad, apenas seis meses después que miles de flores cubrieran el pequeño lago de Althorp, donde fuera sepultada la princesa británica Diana de Gales, Lady Di, quien falleció en un accidente automovilístico en París el 31 de agosto de 1997.

Diana de Gales, es recordada por su labor social al encargarse cotidianamente de asuntos relacionados con los minusválidos, la infancia, los enfermos de SIDA, de cáncer y la gente sin hogar. Con el tiempo llegó a representar a más de 500 instituciones que promovían la protección y el amparo de aquellos sectores sociales de menos recursos.

El Jardín está ubicado en la calle Carpinetti entre Baratillo y la Avenida del Puerto, a pocos metros de la Plaza de San Francisco, en La Habana Vieja, en el sitio que ocupa una de las casas de la familia Pedroso.

La mansión es considerada entre las más acaudaladas de la villa durante los siglos del XVII al XIX y uno de los inmuebles más antiguos de la ciudad colonial.

La vivienda trascendió por legado de herencia a la sucesión familiar de sus descendientes, hasta el pasado siglo XX, cuando devino en casa de vecindad, hasta ser restaurada.

La creación de este jardín se realizó en una parcela de terreno, ubicada al fondo de la mansión, justo frente a la bahía habanera y muy próximo a la Plaza de San Francisco de Asís.

Ocupa un área que abarca los 740 metros cuadrados, en los cuales la pavimentación de gravilla delimita los senderos en medio de la vegetación.

Al centro, -un estanque en forma de aro cubierto con cerámicas de colores, portando plantas acuáticas, y una pérgola formada por arcos- adornan el bello lugar.

La decoración ambiental contiene obras de renombrados artistas de la plástica cubana como Alfredo Sosabravo, René Palenzuela y Juan Narciso Quintanilla.

Mientras el área verde trasciende por los árboles y plantas ornamentales de diferentes países, como el roble, la ceiba brasileña, crotos y helechos entre otras especies que se dan cita allí para deslumbrar.

En el lugar de su emplazamiento los arqueólogos hallaron rastros de un primitivo astillero, así como abundante material cerámico de una época cercana a la fundación de la villa de San Cristóbal de La Habana.
La casa de los Pedroso, de la que forma parte el parque, se distingue fácilmente desde cualquier punto de la Bahía, por su torre de mediana altura que semeja los pequeños alcázares moriscos de la España del Sur. En las paredes interiores de la vivienda los expertos han descubierto pinturas murales de singular mérito.

El Jardín de Diana, proyecto realizado por Abies San Miguel y Ernesto Marimón, constituye un bello rincón habanero, digno de respeto, mantiene su belleza para que el visitante encuentre, un lugar apropiado para el descanso, un ambiente de paz y meditación. “Hoy este jardín constituye un espacio de concordia abierto para gentes de todo el mundo que visiten La Habana”, como afirmó el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, el día de su inauguración.


 



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