por María Josefina Arce

La Habana se prepara para recibir el día ocho a la Caravana de la Libertad, en homenaje a aquella que hace 58 años hizo su entrada victoriosa en la capital cubana, encabezada por Fidel Castro, tras derrocar a la sangrienta dictadura de Fulgencio Batista y poner fin a décadas de explotación, miseria, entreguismo a Estados Unidos y corrupción.

La Caravana que concretó en 1959 la anhelada invasión de Oriente a Occidente, se ha reeditado por las nuevas generaciones de cubanos a lo largo de estos 58 años como muestra de su apoyo a la Revolución y a sus principios.

Como en aquella ocasión el pueblo capitalino dará una cálida a cogida a los niños y jóvenes que ahora reeditan la histórica y memorable caravana que desde Santiago de Cuba, en el oriente cubano, recorrió varias provincias de centro y el occidente del país.

“La Revolución ha seguido siempre el curso del Sol, como expresara Antonio Maceo, y se hará patente una vez más con este recorrido”, afirmó Yoandi Bello González, presidente de la Organización de Pioneros José Martí en Santiago de Cuba, al dar la señal de partida, desde las inmediaciones del otrora Cuartel Moncada.

Si en aquella ocasión simbolizaba el triunfo de la Revolución proclamado en la oriental ciudad, ahora muestra la decisión de continuar el legado de Fidel, su generosidad, humanismo y sobre todo su fe  inquebrantable en la victoria.

“Viva Fidel, Viva la Revolución” se ha escuchado en todo el trayecto del viaje que rememora el paso triunfante por el territorio nacional del Ejército Rebelde, que provocó lágrimas e incontables muestras de gratitud hacia aquellos hombres que lucharon por hacer de Cuba una nación libre y soberana.

Hoy los niños y jóvenes que han tenido el privilegio de reeditar esas inolvidables jornadas se encuentran un país nuevo, completamente distinto al de hace 58 años. Atrás han quedado las imágenes de miseria y abandono.

Escuelas, hospitales, carreteras, casas se observan por doquier. Grande es la obra de la revolución cubana, que liderada por Fidel Castro, hizo de Cuba una nación con justicia social y devolvió la dignidad a todos los cubanos.

Pero además hizo de la Mayor de las Antillas un ejemplo a seguir por su actitud solidaria y generosa con otros pueblos del mundo, necesitados de una mano amiga y desinteresada.

En La Habana este ocho de enero volverá a escucharse la voz clara y fuerte de Fidel, cuando hace 58 años afirmaba: “....Aquí estamos en la capital... Mientras el pueblo reía ..., mientras el pueblo se alegraba, nosotros nos preocupábamos; y mientras más extraordinaria era la multitud que acudía a recibirnos, y mientras más extraordinario era el júbilo del pueblo, más grande era nuestra preocupación, porque más grande era también nuestra responsabilidad ante la historia y ante el pueblo de Cuba".

Cuando en las próximas horas arribe a La Habana la Caravana de la Libertad, los habaneros dejarán claro, como han hecho en estos días el resto de los cubanos, su admiración y respeto por quienes integraron el Ejército Rebelde y en especial, por Fidel Castro, un hombre que cumplió con creces su responsabilidad con su pueblo, pero también con el mundo y sobre todo con nuestros hermanos latinoamericanos y caribeños que contaron siempre y contarán con la solidaridad de los cubanos.