Por Roberto Morejón

La Habana, 30 (RHC) Los jóvenes cubanos tuvieron una participación protagónica en la recordación del natalicio del Apóstol José Martí y en una reunión de la Federación Estudiantil Universitaria, donde se llamó a aumentar el debate en las escuelas sobre asuntos clave del país.

En el aniversario 164 del natalicio del prócer independentista, decenas de miles de jóvenes, y ciudadanos en general, reeditaron la histórica marcha de las antorchas, tradición iniciada por Fidel Castro en mil 953.

La masiva demostración puso de relieve la fortaleza de las nuevas generaciones y su identificación con el ideario martiano y de su más fiel discípulo, el recientemente fallecido líder histórico de la Revolución Cubana.

La marcha de las antorchas, que en La Habana contó con la participación del presidente Raúl Castro y otros dirigentes, se inscribió en las actividades de agasajo hacia dos organizaciones emblemáticas.

La Unión de Jóvenes Comunistas llegará a su aniversario 55 y la Federación Estudiantil Universitaria a los 95 años de fundada por Julio Antonio Mella, líder de los años 30 del siglo pasado.

Conocida por sus siglas FEU, esa organización celebró su consejo nacional en La Habana, en el que los delegados abordaron asuntos relacionados con la ideología, la sociedad y la economía.

Dirigentes del Estado presentes exhortaron a proseguir debates de esa naturaleza en las diversas escuelas del nivel superior.

“Hace falta debatir y preocuparnos por los problemas del mundo y del país”, sentenció el primer vicepresidente cubano Miguel Díaz-Canel.

La observación es oportuna porque se concibe a los jóvenes cubanos como entusiastas participantes de las transformaciones económicas del país e inquietos pensadores acerca de la problemática local e internacional.

Las organizaciones juveniles pueden instar con precisión a sus compañeros de clase y vecinos en los barrios a meditar sobre las formas de incorporación más útiles para alcanzar la prosperidad material del país.

Los jóvenes deben estar alertas porque centros de poder abogan por la restauración capitalista y neoliberal y personajes sin formación política claman por el cierre de fronteras así como por el rechazo a los migrantes y a los que profesan otras creencias.

Las nuevas generaciones de cubanos también deben cuestionar la persistencia de programas subversivos para erosionar la unidad interna.

Los más bisoños están listos para persuadir a aquellos que
aisladamente irrespetan los símbolos patrios, se refugian en el individualismo y tienen al consumismo como distintivo.

El encuentro de jóvenes con otras generaciones para evocar al Apóstol y reuniones como la del Consejo Nacional de la FEU, fortalecen ideológicamente a los encargados de la continuidad histórica del proyecto social vigente en Cuba.