por María Josefina Arce
La existencia de más de 15 000 ojivas nucleares en el mundo ponen en peligro la existencia de la propia humanidad, un escenario agravado por las intenciones del nuevo presidente norteamericano, Donald Trump, de modernizar el arsenal de Estados Unidos, por considerar que su país, uno de los de mayor capacidad nuclear, se ha quedado rezagado.
Por eso Cuba ante la Comisión de la ONU para el Desarme reiteró su llamado a las potencias nucleares a mostrar voluntad política y compromiso con un mundo libre de armas nucleares y a dar un primer paso en esa dirección.
Una exhortación que reviste especial importancia, máxime cuando las naciones poseedoras de este tipo de armamento de destrucción masiva bloquearon las sesiones de la Conferencia de la ONU para negociar un instrumento legalmente vinculante que prohíba los letales artefactos, efectuada en los últimos días en la sede del organismo internacional en Nueva York y que tendrá una segunda fase en junio próximo.
Precisamente algunos países, con Estados Unidos a la cabeza, se oponen a ese proceso, escudándose bajo falsos argumentos de seguridad nacional y de disuasión, cuando los expertos han alertado que el estallido de solo uno por ciento de este arsenal provocaría la pesadilla que han llamado invierno nuclear.
Un peligro sobre el que en reiteradas ocasiones alertó el líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, en sus esclarecedoras y profundas reflexiones, publicadas por la prensa nacional.
Para el científico norteamericano Alan Robock la única garantía de que eso no ocurra en el futuro es que se destruyan todas las armas nucleares. Mientras ellas estén ahí, nos seguirán preocupando los accidentes, los malos cálculos y la gente loca que pueda tener estas armas en su poder”, apunta.
De ahí que la Mayor de las Antillas defienda que la única garantía para evitar el empleo o la amenaza de empleo de las armas nucleares por Estados o individuos sería mediante su prohibición y eliminación absolutas, bajo estricto control internacional.
Hace falta, enfatizó la nación caribeña, un instrumento jurídicamente vinculante , que codifique en el derecho internacional la ilegitimidad e ilegalidad de las armas nucleares.
Y es que advirtió Cuba que resulta alarmante que algunos países continúen modernizando sus arsenales y desarrollando nuevos tipos de armas atómicas, mientras millones de personas en el mundo padecen hambre y son analfabetas.
Cuba afirmó está comprometida con el logro de un mundo sin estos armamentos letales y ha insistido en que es hora de abandonar la postura de posponer y relegar el desarme nuclear.
De la actitud responsable de Cuba y a favor de la vida habla el hecho de que fue precisamente en La Habana en enero de 2014 en la Segunda Cumbre de la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, cuando se declaró a la región una zona de paz.
