por Nicanor León Cotayo
Una vez más se habla sobre la existencia de una conspiración en la Casa Blanca para defenestrar a su presidente. Por segunda ocasión lo afirmó públicamente un ex alto integrante del Gobierno estadounidense, Anthony Scaramucci.
Este último fue director de Comunicaciones de la actual Administración, hasta que hace dos semanas Trump lo sacó del cargo.
Durante una entrevista con la cadena de televisión ABC, Scaramucci volvió a sugerir que en la Mansión Ejecutiva hay un complot no favorable al mandatario.
Hace dos semanas, antes que lo sustituyeran, llegó a decir que Trump necesita a su alrededor un equipo “más leal”.
¿Qué pasa en Washington?, preguntó Scaramucci, y se respondió:
"Que el presidente no representa a la clase del 'establishment' político”, y gente en la Casa Blanca decidieron expulsarlo.
A Scaramucci lo caracterizan de esta manera: el empresario de Wall Street, que había sido nombrado para erradicar las filtraciones de las intrigas del Gobierno a la prensa.
Una de sus acusaciones más fuertes apunta:
"Creo que hay elementos en Washington, incluso dentro de la Casa Blanca, que no respaldan los intereses del presidente o su agenda".
Sobre una llamada telefónica al New Yorker, en la que llamó "paranoico esquizofrénico" al entonces jefe de gabinete, Reince Priebus, Scaramucci insistió no sabía que estaba siendo grabada.
"Obviamente me gustaría que me hubieran dado una pastilla de jabón y me hubieran mandado al baño a lavarme la boca y seguir adelante", dijo el empresario.
Sin embargo, reconoció lo “muy difícil” de permanecer junto al jefe de gabinete, John Kelly, recién nombrado para tratar de imponer disciplina en el trabajo.
Pero lo esencial no radica ahí, sino en lo que se desprende de lo dicho.
Un ex funcionario de las más altas esferas gubernamentales de Washington ha repetido que se conspira para sustituir al magnate neoyorquino.
Hasta el momento nadie, ni allí, ni fuera de allí, lo ha podido desmentir con argumentos sólidos.
En tales circunstancias transcurre la vida oficial en aquel país, donde ahora, además, levantan cabeza peligrosas pandillas neonazis.
Tanto, que hasta Donald Trump se ha visto forzado a emitir una declaración cubierta de mercurocromo donde apenas roza a esos grupos racistas.
He ahí el verdadero riesgo.
(CubaSí)