Actitud proactiva = estilo de vida

Eldonita de Bárbara Gómez
2017-12-07 19:49:25

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Imagen tomada de Internet

“Nada fue sencillo. Los directivos de la productora pusieron trabas constantemente y objetaron todo: el guión, los actores, la música, el concepto, el presupuesto”; así expresó en una entrevista realizada, hace algunos años, el director de cine Francis Ford Coppola.

Más, nada desalentó al realizador, quién se concentró en su meta, demostró sus razones y entregó a la posteridad una de las obras cinematográficas más reconocidas de la historia: El padrino.

Él sabía lo que quería; estaba convencido del reparto de actores, que música sería necesaria para lograr la atmósfera adecuada. Hacia esa meta enfocó toda su capacidad de creación, tomando las riendas del asunto de manera creativa. Este hombre asumió entonces, lo que podríamos llamar una actitud proactiva, actitud que se convierte en un estilo de vida y que es vital a la hora de tomar las riendas de nuestro liderazgo personal.

La proactividad, utilizando un término ya establecido, no es solo tomar la iniciativa, es también diligencia, eficacia, capacidad de obrar, es decisión; y supone además asumir la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan, decidiendo a cada momento qué hacer y cómo hacerlo.

Es cierto que no podemos responsabilizarnos de todo lo que nos pasa, porque hay cosas que no podemos evitar; pero, de lo que somos responsables es de elegir la respuesta ante cada situación.

Las actitudes proactivas también pueden ser demostradas en el diario, en las actividades cotidianas de la vida. Un ejemplo claro:

“Dos personas que trabajan en un mismo entorno laboral, con responsabilidades idénticas y bajo las mismas circunstancias, pueden realizar su trabajo de manera muy distintas. Una cuestiona la manera habitual de trabajar si no obtiene los resultados deseados, emprende constantemente nuevas acciones y genera cambios constructivos en su entorno. La otra se conforma con su situación, no hace nada para cambiar lo que no funciona o se queja constantemente de su suerte”.

Un mismo contexto dos reacciones diferentes.

Y es que las personas proactivas son exactamente el lado opuesto de aquellos que esperan con paciencia a que algo ocurra y sean los demás quienes se encarguen de solucionarlo; los que le cargan todo el peso de su vida a las circunstancias.

Con los dos ejemplos antes mencionados quisiera reflexionar acerca del sentido de la existencia humana. Trátese de la vida, de realizar una obra maestra del cine, pintura, literatura o sencillamente de elegir un proyecto personal por el cual vamos a guiarnos, lo fundamental consiste en hacerlo de manera clara y perseverante.

Actitud proactiva=estilo de vida. Y esta actitud que subyace en el trabajo es igual en otros ámbitos. Desde mi perspectiva somos responsables de gestionar nuestra propia vida y no podemos quedarnos sentados esperando que alguien venga a ofrecernos lo que deseamos de ella.

No es práctico quedarnos anclados en la queja. No nos engañemos atribuyendo la responsabilidad de nuestros problemas únicamente a causas externas o a la presión del entorno.

La persona proactiva no espera a que los demás tomen decisiones por ella, actúa con determinación creando constantemente nuevas oportunidades.

Siempre, tenemos la responsabilidad de escoger nuestras propias respuestas ante lo que nos ocurre y de dirigir la acción de una manera inteligente.

En la vida aparecen dificultades a diario. El problema no es que las dificultades aparezcan sino que tengan el poder de detener nuestro progreso.

Sobre este tema el escritor argentino Freddy Kofman señaló “Si no somos parte del problema no podemos ser parte de la solución. Y por tanto no tenemos poder para influir en los resultados. El modo en el que nos enfrentamos a las dificultades es lo que marca la diferencia.”

Fuente: RRebelde/Lainerys Carbonell González



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