Por María Josefina Arce Alvarez

Poco más de cuatro millones de paraguayos están llamados a las urnas este domingo para elegir al nuevo presidente del país, así como a senadores, diputados y gobernadores de los 17 departamentos del país sudamericano.

Aunque para dirigir por cinco años el destino de la nación concurren diez candidatos de diversas agrupaciones políticas, los aspirantes por el oficialista Partido Colorado, Mario Abdo Benítez, y de la alianza GANAR, Efraín Alegre, son los que mayores posibilidades tienen de imponerse en la contienda electoral.

Sin embargo, las dos encuestas de más impacto hasta la fecha, divulgadas por los diarios ABC Color y Ultima Hora, dan como amplio ganador a Abdo Benítez, un candidato que en varios momentos de su carrera política reivindicó la dictadura de Alfredo Stroessner.

Recordemos que el padre del aspirante oficialista, de igual nombre, era el secretario personal y hombre de confianza de Stroessner, que gobernó durante 35 años el país sudamericano y que cometió incontables crímenes de lesa humanidad.

Efraín Alegre por su parte, líder del Partido Liberal Radical Auténtico, que va a estos comicios en alianza con el izquierdista Frente Guazú, fue hasta 2011 ministro de Obras Públicas del gobierno de Fernando Lugo, destituido un año después por un golpe parlamentario.

Con matices, ambos tienen similitudes en la necesidad imperiosa de una reforma de la Justicia a través de una modificación constitucional, de cambios en la educación, la salud o en la lucha contra la corrupción.

Abdo apuesta por el empresariado, con el cual se comprometió a bajarle los impuestos, y asevera que el capital extranjero con arraigo en el país será muy valorado y cuidado, mientas que una de las propuestas de Alegre es la reducción del costo de la tarifa eléctrica, en beneficio en un gran porcentaje de los sectores más vulnerables, aunque incluye a todos los estratos sociales.

Alegre también prometió utilizar las dos hidroeléctricas del país, Itaipú, compartida con Brasil, y Yacyretá, con Argentina, como 'factor de desarrollo' y de creación de empleo.

A tenor de quién se imponga en las urnas el venidero día 22 la interrogante de muchos es cómo podrá saldar las viejas deudas que deja el gobierno del presidente Horacio Cartes, en el que la pobreza total se incrementó y hoy cerca de dos millones de paraguayos son pobres.

Un estudio de la Facultad de Ciencias Contables, Administrativas y Económicas de la Universidad Católica de Asunción, dado a conocer el pasado año, reveló que más de 600.000 niños, un 40%, viven en situación de pobreza.

De acuerdo con los resultados de la pesquisa una alta proporción de los niños en esta condición no tiene acceso a niveles mínimos de nutrición, educación, recreación, salud y vivienda; por lo cual sus oportunidades para lograr el bienestar actual y futuro están severamente restringidas.

La salud y la educación son áreas claves sobre las que Paraguay debe igualmente trabajar. Actualmente, la tasa de chicos en edad escolar que asisten a la secundaria es de 66,5 %, la más baja de la región. Asimismo, la mortalidad infantil es de 18,7 por cada 1.000 nacidos vivos, la segunda más elevada en Sudamérica.

Muchos retos tendrá ante sí quien finalmente gane en las elecciones generales de este domingo en Paraguay y asuma en agosto venidero para marcar la diferencia y cumplir con su promesa de un cambio de política tan necesario en el país.