Por: María Josefina Arce.

El presidente norteamericano, Donald Trump, volvió a la carga contra los inmigrantes y especialmente contra México. No contento con militarizar la frontera común y pretender que el país azteca costee la construcción de un muro, lo amenazó ahora con el Tratado de Libre Comercio, vigente entre las dos naciones y Canadá desde 1994.

A través de su cuenta en Twiter, sugirió que estaría bien condicionar la renegociación del Tratado a las acciones que México pueda emprender para frenar el flujo de migrantes ilegales a través de su territorio.

De inmediato el canciller mexicano, Luis Videgaray, respondió que su país decide su política migratoria de manera soberana, al tiempo que apuntó que sería inaceptable condicionar la renegociación del Tratado a acciones migratorias fuera de ese marco de cooperación.

No es la primera vez que Trump emite sus criterios proteccionistas y lanza amenazas comerciales para presionar a otros países sobre determinados temas. Para muchos el presidente estadounidense quiere imponer la imagen de que la inmensa mayoría de los acuerdos suscritos con otras naciones son desfavorables para Estados Unidos.

Un argumento difícil de creer cuando todos saben que Washington siempre ha impuesto sus intereses, sin importarle las consecuencias para la población de otros estados.

La nación norteña ha visto siempre a América Latina como su patio trasero, su fuente de recursos naturales y de mano de obra barata. Esa es la realidad que pretende distorsionar el mandatario estadounidense.

Si no cómo explicar que pretende ahora mantener el Tratado de forma ventajosa para Canadá e imponer al otro socio comercial, México, una renegociación sustancial para obtener mayores ventajas para las transnacionales estadounidenses.

Los economistas estiman que estos 28 años de vigencia del Tratado de Libre Comercio han constituido una afectación que no dudan en llamar histórica para el país azteca y el pueblo mexicano, sin que, de ninguna manera, se hayan resuelto los problemas centrales como la pobreza, el desempleo y la violencia, entre otros.

Académicos de la Universidad Autónoma de México apuntan que si bien se ha registrado un aumento acelerado de las exportaciones mexicanas, un análisis más cuidadoso muestra que las importaciones han crecido en mayor proporción y que, por lo tanto, la balanza comercial ha mostrado un persistente déficit.

A eso se suma que las exportaciones realizadas desde México, son efectuadas entre un 80 y un 90 por ciento por empresas extranjeras, por lo tanto, las utilidades generadas por las ventas al exterior no se revierten en beneficio de los mexicanos,

Un hecho para muchos es que el campo y la soberanía alimentaria han sido destrozados, las cadenas industriales desestructuradas y los mecanismos de seguridad social debilitados.

Así que además de entrometerse en la política interna de un país, Trump pretende endurecer aún más las condiciones para México en la renegociación del Tratado de Libre Comercio, calificado por muchos como punta de lanza de la política económica neoliberal.