Por: Roberto Morejón

Estados Unidos puede manipular la más reciente acción de Irán, al derribar un avión intruso NO tripulado, con el objetivo de caldear la ya explosiva situación en la zona del Golfo Pérsico.

Las fuerzas del Irán islámico abatieron un dron de vigilancia estadounidense cuando sobrevolaba el espacio aéreo nacional, según la versión de Teherán.

La administración de Donald Trump adujo que el artefacto NO tripulado fue tumbado en el ámbito aéreo internacional.

Sin embargo, eludió explicar por qué realiza misiones de espionaje a tanta distancia de Estados Unidos.

Las primeras reacciones del impredecible inquilino de la Casa Blanca fueron amenazantes, para luego matizarlas en sus acostumbradas andanadas en la red social Twuitter.

El magnate inmobiliario y sus beligerantes asesores deberían tomar en serio la acción de Irán y la respuesta del comandante en jefe de los Guardianes de la Revolución, Hosein Salami, quien destacó que las fronteras son “la línea roja”.

Está latente una tensión entre Estados Unidos e Irán proveniente de la Revolución de mil 979, cuando Washington afirmó estar decidido a liquidar a la República Islámica.

El guerrerista asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, capitanea una escuadra de colaboradores de Trump unida por el odio a Irán, bajo el argumento de la creciente influencia de ese país en Oriente Medio.

Bolton NO tiene escrúpulos en abogar por un cambio de régimen en Irán y junto al secretario norteamericano de Estado, Mike Pompeo, y el propio Trump crean nuevos frentes de fricción con Teherán.

Fue así que el gobernante republicano decidió retirarse del acuerdo nuclear con Irán de 2015, paso asociado a la reanudación de sanciones y al fin de las exenciones a la compra de crudo del país islámico.

A pesar del clima tan enrarecido en el lugar, Washington envió más tropas, buques y cohetes al Golfo Pérsico, a sabiendas de que un incidente, incluso NO intencional, puede desatar un conflicto.

Estados Unidos NO puede apostar porque Irán se abstenga de responder a un ataque a causa de una supuesta debilidad por el impacto de las sanciones y los inconvenientes para vender su hidrocarburo.

El pueblo iraní es valeroso y está decidido a resistir y enfrentar las agresiones de Estados Unidos e Israel.

La comunidad internacional desea una rebaja de las tensiones en el área del Golfo Pérsico, donde se localiza 20 por ciento de la producción mundial de petróleo y se sufre la crisis de Yemen.

El lenguaje de las sanciones, amenazas y alardes de guerra de Estados Unidos debe ceder paso a una posición constructiva, como la que hace cuatro años facilitó el acuerdo de paz con Irán, saludado en todo el planeta. FIN