Por: Guillermo Alvarado

Grupos de extraordinario poder económico de Estados Unidos, a los que no es ajena alguna figura importante del gobierno de Donald Trump, estarían llevando a cabo una conspiración para deponer al Papa Francisco, o garantizar la elección de un próximo prelado afín a sus intereses.

Así lo asegura el periodista francés Nicolas Senèze, corresponsal en Roma del diario católico La Croix, quien realizó una investigación titulada “Cómo América quiere cambiar de Papa”.

El comunicador le entregó una copia de su trabajo al pontífice y la respuesta de Francisco le dio la vuelta al mundo: “Para mi, dijo, es un honor que los norteamericanos me ataquen”.

De acuerdo con Senéze, entre los complotados hay personas como el banquero Frank Hanna; George Weigel y su grupo Ethics and Public Policy Center, uno de los llamados “tanques pensantes” ultraconservadores; algunas organizaciones de medios, entre ellas la Eternal World Television Network cuyo promotor y abogado, Timothy Busch, creó el Napa Institut para de difundir lo que él concibe como “una visión conservadora y libre de la economía”.

Todos ellos tienen vínculos con altas figuras del ejecutivo, entre ellos el vicepresidente Mike Pence, dijo Senèze en conversación con Eduardo Febbro, del diario argentino Página 12.

La conspiración comenzó en 2017, pero uno de sus momentos críticos fue cuando el cardenal Carlo Maria Vigamo, quien fue nuncio del Vaticano en Estados Unidos, publicó en 2018 una carta donde atacó al papa Francisco y le exigió su renuncia, aunque no logró ninguna adhesión a su solitaria rebelión.

Nada de esto es realmente una sorpresa si uno recuerda que el jefe actual de la iglesia católica ha denunciado los pilares del neoliberalismo y del sistema capitalista, entre ellos la sobreexplotación de los trabajadores, que conduce a millones de personas a la pobreza.

Francisco también condenó la intención del gobierno estadounidense de construir una barda en la frontera con México para detener a los migrantes indocumentados. Recordó a los políticos que buscan estas alternativas que “terminarán convirtiéndose en prisioneros de los muros que construyen”.

El Vaticano también ha mantenido una valiente postura en temas como la defensa de la naturaleza y el enfrentamiento al cambio climático y el calentamiento global que amenazan la vida en el planeta.

Recientemente afirmó que son los comunistas los que piensan como cristianos, frase que habrá provocado agruras en la Casa Blanca y otros centros de poder.

Senèze advirtió que como hasta ahora no han logrado deponer al Papa, se preparan condiciones para que en una próxima elección sea favorecido alguien afín a las ideas más conservadoras, para lo cual se creó un grupo que investiga a todos los cardenales con el propósito, nada piadoso por cierto, de desprestigiar a los más progresistas. FIN