Día de la Resistencia Indígena

Eldonita de María Candela
2019-10-12 09:06:56

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Por Guillermo Alvarado

Millones de personas en América Latina y El Caribe conmemoran hoy el Día de la Resistencia Indígena, fecha instituida para recordar el mayor genocidio de la historia perpetrado por los invasores europeos, que ocuparon este continente a partir del 12 de octubre de 1492.

En su libro titulado “501, La Conquista Continúa” el lingüista e investigador estadounidense Noam Chomsky señala que la dominación europea sobre las culturas indígenas se logró por un uso brutal de la fuerza, como jamás había ocurrido en estas tierras, que borró de la faz de la tierra a millones de personas y destruyó conocimientos, religiones, idiomas y formas de organización social y política.

Cuando a finales del siglo XV los españoles llegaron a lo que después se denominó América, había aquí alrededor de 70 millones de habitantes y un siglo y medio después apenas quedaban unos tres millones y medio.

Se trata de un exterminio masivo pocas veces visto, y jamás reconocido por aquellos que se beneficiaron del robo de los recursos aquí existentes.

El régimen colonial impuesto tras la conquista dejó una estela de muerte y desolación, los pueblos fueron sometidos a un sistema de esclavitud disfrazada, se les obligó a acatar un idioma y una religión ajenas a sus costumbres y los que se opusieron resultaron perseguidos, torturados y asesinados.

Como dice Eduardo Galeano, con la llegada de Cristóbal Colón, financiado por los reyes de Castilla y Aragón y los banqueros de Génova, América descubrió el capitalismo.

Culturas avanzadas, como la mexica y la inca, así como de los descendientes de los antiguos mayas que estaban en un proceso de reorganización, fueron destruidas hasta las raíces.

Duelen aún las hogueras que el obispo Diego de Landa encendió el 12 de julio de 1562 en el poblado de Mani, en Yucatán, donde ardieron objetos de culto y documentos valiosos con conocimientos ancestrales, que permitirían conocer hoy el desarrollo científico y social de estos pueblos.

Pero quizás duela más que muchos, por candidez o ignorancia, o las dos cosas, describan esta tragedia como un “descubrimiento”. Abya Yala, a lo que impusieron el nombre de América, había sido descubierta y habitada miles de años antes y en ella florecieron ciudades y civilizaciones que asombran al mundo.

Peor aún es que algunos insistan en hablar de un “encuentro de dos culturas”, como si a los conquistadores les hubiese interesado conocer y relacionarse con los habitantes locales. Nada de eso, su afán fue buscar riquezas a toda costa y como para eso fue necesario exterminar a grandes masas humanas, lo hicieron sin ningún rubor.

Nada hay que celebrar este día, que no es ni el de la raza ni de la hispanidad. Es un día de duelo, de lucha y de resistencia, un momento de reflexión y de comenzar a recuperar la memoria, esa que en hogueras y cadalsos intentaron borrarnos para aceptar pasivamente la sumisión.

Es un día de preguntarnos ¿qué hubiésemos llegado a ser, si nos hubieran dejado hacerlo? 



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