Por: María Josefina Arce

Con paso firme ha iniciado su mandato el presidente argentino, Alberto Fernández. A poco más de diez días de asumir el cargo ha adoptado una serie de medidas en busca de rescatar el país para todos los ciudadanos.

Fernández ha encontrado una Argentina con una inflación del 52%, una caída de la producción industrial de un 11%, una tasa de desempleo que ronda el 10% y un tercio de la población en situación de pobreza.

La política neoliberal implementada por su antecesor en la presidencia, Mauricio Macri, ha llevado a la nación sudamericana a un retroceso, a una pérdida de lo alcanzado en materia social, económica y de independencia financiera durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.

Las medidas, agrupadas en un megaproyecto de Solidaridad Social y reactivación productiva, fueron aprobadas por el Congreso en los últimos días, a pesar de los intentos de la oposición de no llevar a buen término su discusión.

Ahora se abre un nuevo camino. La ley sancionada obliga a pagar doble indemnización por despidos sin justificación durante un plazo de seis meses. Se intenta evitar que continúe aumentando el número de parados y de pobres.

La normativa prevé igualmente suspender por 180 días la fórmula de movilidad de jubilación, que rige desde 2016, para que durante esos seis meses el ejecutivo fije trimestralmente el incremento de los haberes provisionales.

Esa medida tiene en cuenta que durante el mandato de Macri, la jubilación mínima, de unos 225 pesos, perdió en términos reales 25 por ciento de su poder adquisitivo.

Asimismo se crea un nuevo impuesto, denominado Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria, que regirá por cinco años para la adquisición de dólares para atesoramiento, compras en el exterior, de servicios que operen fuera del país y compra de pasajes para viajar al extranjero.

De este gravamen, ha precisado el gobierno, 70 por ciento será destinado a la seguridad social y 30 a obras de infraestructura.

El aumento generalizado de los impuestos, salvo para las rentas más bajas, y las ayudas a las pequeñas empresas, constituyen dos los rasgos fundamentales del programa de emergencia.

Un difícil camino tiene ante sí el gobierno del presidente Alberto Fernández, pero en pocos días ha demostrado que trabaja incansablemente para reactivar la frágil economía y a la par mejorar la vida de los argentinos, que vivieron cuatro años complejos y tensos.