Por: Guillermo Alvarado:
El sueño de la reelección se le convirtió en pesadilla al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, según se puede deducir de las polémicas medidas adoptadas en estos días que son en realidad un patético llamado a su base electoral “dura” para evitar que le abandonen en noviembre próximo.
Faltan seis meses y pocos días para la fecha de la votación presidencial en ese país y el piso le está temblando al inquilino de la Casa Blanca, según demuestran recientes sondeos de opinión.
De ocho encuestas divulgadas este mes y compiladas por el sitio RealClearPolitics.com, siete dan como ganador al candidato del partido Demócrata, Joe Biden, y solo una, de la conservadora cadena FOX, indica un empate. Más aún, la muestra publicada por CNN muestra a Trump con 11 puntos por debajo de su rival.
Otra firma, la Gallup, indica que el magnate perdió este mes seis unidades en la aprobación popular y bajó del 49 al 43 por ciento, mientras 54 de cada cien entrevistados califican de mala la gestión que hace de la crisis sanitaria.
Esto explica actos tan abruptos como culpar a la Organización Mundial de la Salud por los daños del SARS-CoV-2 y retirarle el financiamiento en plena pandemia, lo que le valió una lluvia de críticas en todo el planeta.
También la emprendió contra China con la falsedad de que el gigante asiático había escondido información vital sobre la enfermedad y llegó a insinuar que va a cuantificar el costo económico que esto le provocó a su país.
Lo curioso, o insidioso, de este argumento es que el monto calculado resulta equivalente a la deuda que Estados Unidos tiene con China, más o menos unos dos billones de dólares, en la notación estadounidense según la cual un billón es un millón de millones, o sea, un uno seguido por doce ceros.
En el plano interno, Trump violó la Constitución al incitar a ciudadanos de algunos estados a desobedecer la cuarentena decretada por los gobernadores.
Lo último que hizo fue una joya de malicia y politiquería. Para, supuestamente, defender el empleo de sus ciudadanos suspendió por 60 días la inmigración legal de quienes buscan trabajo y residencia en Estados Unidos.
Como recordó Francisco Herranz, del sitio Sputnik, ¿qué necesidad hay de aprobar un decreto semejante, si las fronteras con México y Canadá están cerradas y el tráfico aéreo internacional prácticamente paralizado? Además, agrega Herranz, la administración Trump ya había detenido, desde el 18 de marzo, el procesado de visados y peticiones de asilo debido al covid-19.
Pienso que siempre habrá fanáticos de mente cerrada que le creerán al presidente, pero fuera de ellos lo que todos percibimos es el pútrido olor del miedo y la desesperación, nada más que eso.