Infraestructura institucional cubana en función de auge de casos de Covid-19

Eldonita de Maite González Martínez
2021-01-25 06:20:27

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Por: Roberto Morejón

El marcado aumento de casos de COVID-19 puso a prueba la infraestructura de salud y la capacidad organizativa de Cuba, ante la magnitud de un enemigo que aprovecha los mínimos resquicios para actuar.

La mayor de las Antillas exhibió en las últimas semanas cifras notables de la enfermedad, hasta obligar a expertos y científicos a extremar tratamientos, cuidados e investigaciones.

Si bien el país está distante de los índices de gravedad de América Latina y Europa, las estadísticas contrastaron con el control logrado hasta principios de diciembre, y movilizaron a todos los relacionados con la pandemia.

Médicos, enfermeros y administrativos debieron habilitar nuevas capacidades en los hospitales para atender a los diagnosticados positivos después de realizarse la prueba PCR.

Igualmente ha sido imprescindible adaptar inmuebles para atender sospechosos y contactos, aunque personas que deben guardar aislamiento para esperar por su evolución y tienen condiciones, pueden hacerlo en sus viviendas.

Cuba una vez más une fuerzas y recursos limitados por el bloqueo estadounidense y el impacto de la pandemia en la economía para responder a  emergencias, como las personas infectadas o susceptibles de estarlo.

Ello es posible porque el país cuenta con instituciones estatales y organizaciones de masa entrenados en alistar réplicas ante desafíos como los recurrentes ciclones.

No obstante, las autoridades revisan minuciosamente resquicios en la prestación de servicios de salud en la base que ayudaron al rebrote de casos por este mal de origen respiratorio.

En algunos territorios el aislamiento oportuno de los necesitados no fue dinámico y desmontaron disposiciones higiénico-sanitarias obligatorias mientras perdure la pandemia.

Todavía algunos cubanos tienen baja percepción de riesgo a pesar de las reiteradas explicaciones de expertos acerca de la peligrosidad del SARS-Cov-2, causante de la COVID-19 .

Los cubanos están conminados a ser más estrictos en la observación de las regulaciones ante el peligro sanitario.

Ignorar esa verdad resulta temerario y puede complicar los planes de producción y servicios.

Afortunadamente, los científicos le siguen el rastro a la COVID-19 , como evidencia el estudio a convalecientes de la enfermedad, con riesgo de reinfectarse, a quienes aplican experimentalmente uno de los cuatro candidatos vacunales.



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